El detenido por el crimen del gremialista Beroiz confesó que le pagaron $ 20 mil por matarlo. El nexo fue un supuesto abogado rosarino y se trató de una interna gremial
Raúl Flores, único detenido por el asesinato del gremialista Abel Beroiz -tesorero del sindicatos de los Camioneros, que lidera el titular de la CGT, Hugo Moyano- confesó ante el juez que fue el autor material del hecho, reveló que fue contratado para cometer un crimen por encargo y que cobró por el "trabajo" 20 mil pesos, reveló el diario Clarín.
Además, de acuerdo a uno de los abogados que lo patrocina, en su minucioso relato habría mencionado una interna sindical como móvil del crimen. Se trataría de diferencias dentro de la estructura del gremio de camioneros en la provincia de Santa Fe.
Un hombre que se presentó como abogado, pero que ejercía la actividad de manera ilegal, habría actuado de nexo entre el sicario y los autores intelectuales del asesinato, hasta ahora desconocidos. Ese supuesto letrado también podría quedar implicado en la causa judicial aunque por el momento no logró ser reconocido.
Pero el misterioso abogado rosarino no es el único que se contactó con Raúl Flores para acordar el homicidio. En su declaración ante el juez Osvaldo Barbero, el asesino dijo, sin embargo, que no sabe quiénes son las otras personas con las que habló y que no tiene manera de ubicarlos.
"El reconoció que fue un homicidio por encargo y que, obviamente, hubo una contraprestación en dinero. No ha implicado a dirigente alguno (del gremio de camioneros), aunque en algún pasaje de su deposición se refirió a alguna interna", reveló en declaraciones radiales uno de los abogados del imputado, Gonzalo Basualdo. En los Tribunales se aseguraba ayer que implicó al menos a dos dirigentes.
108 días después de cometer el asesinato de quien fuera tesorero de la poderosa Federación Nacional de Camioneros y uno de los más estrechos colaboradores de Moyano, Flores, de 23 años, confesó detalles de lo sucedido el 27 de noviembre en una cochera del Automóvil Club Argentino. Beroiz recibió en ese lugar tres disparos y siete puñaladas que terminaron con su vida.
Aunque el juez volvió a imponer el secreto de sumario sobre la causa, Flores habría revelado que le ofrecieron por el crimen 80 mil pesos, de los que finalmente sólo cobró la cuarta parte.
Con parte de ese dinero su concubina compró en diciembre pasado artículos por 12 mil pesos. El comprobante de esas operaciones permitió a la Justicia -además del secuestro de otros elementos- señalar a Flores como principal sospechoso del asesinato. El ataque lo concretó junto a un cómplice al que conoció poco antes de llevar a cabo el homicidio y que aún no fue detenido.
El jueves, en un campo familiar en la localidad santafesina de Tostado, Flores fue detenido por personal de la Guardia Rural Los Pumas. El asesino explicó al juez que temía por su vida, ya que desde el momento en que cometió el crimen recibió amenazas. Y agregó que hubo intimidaciones telefónicas a sus familiares.