Lousteau anunció un nuevo esquema de retenciones móviles, que ahora impactará más sobre esos granos y menos sobre el trigo y el maíz. Recaudarán U$S 1.000 millones más
El ministro de Economía, Martín Lousteau, anunció esta tarde un nuevo esquema de retenciones móviles para las exportaciones agropecuarias, que inicialmente
representa una suba de entre 7 y 9 puntos para las de la soja y el girasol, y una rebaja de 1 punto para las del trigo y el maíz.
Lousteau dijo que si los precios internacionales de esos cuatro granos se mantuviesen a lo largo del año, el Fisco tendría ingresos extra equivalentes a entre 3 ó 4 décimas del Producto Bruto, que representa unos 1.000 millones de dólares.
Eduardo Buzzi, titular de la Federación Agraria Argentina, dijo que "esta actitud del Gobierno Nacional muestra que no tiene límites en la distorsión de la realidad. Lamentamos el deterioro de la calidad institucional en Argentina y la falta de respeto a la sociedad civil organizada".
Con ella el Gobierno se aleja de las propuestas de pacto social o concertación social realizadas hace sólo algunos meses por la entonces candidata a Presidenta Cristina Fernández de Kirchner", enfatizó Buzzi.
Consideró que "nuevamente no se les dio a los productores la posibilidad de opinar ni de consensuar, es decir que esta decisiòn es inconsulta y unilateral. Además, bajo el pretexto de atenuar la sojización se recurre a medidas fiscalistas y recaudatorias".
En tanto, el ministro dijo que con esta medida se busca "asegurar la provisión de alimentos en la mesa de los argentinos a un precio adecuado en el mercado interna".
"Con estas medidas se pretende un mayor equilibrio de la actividad agropecuaria, y un mayor desacople entre los precios internacionales y los locales", enfatizó Lousteau.
El ministro dijo que el nuevo sistema de retenciones móviles permitirá detener el proceso de "sojización y un aumento en la producción de carnes de todo tipo y leche".
"Con estas medidas se pretende un mayor equilibro de la actividad agropecuaria y un mayor acople entre precios internacionales y los precios internos", señaló.
El Gobierno cerró las exportaciones de granos por dos días, en una decisión polémica.
Entidades del campo advirtieron que si se aumentan los derechos de exportación de cereales lanzarían un paro, que sería la primera medida de fuerza durante el gobierno de Cristina Kirchner.
La circular que emitió la Secretaría de Agricultura en el mercado agroalimentario sostiene que el cierre de las ventas al exterior es para "poder implementar medidas de carácter operativo".
"Si el incremento en la presión fiscal se concreta lo más probable es que entremos en un paro nacional", alertó Eduardo Buzzi, el presidente de Federación Agraria Argentina.
Y denunció que la medida es un "saqueo", que dejará "afuera de la cancha" a los productores más chicos.
El último cierre que el Gobierno había aplicado a las exportaciones de granos fue para luego anunciar una suba de impuestos.
La momentánea clausura en aquel entonces fue para evitar una avalancha de ventas anticipadas antes de que entre en vigor la medida.
Debido a temores a un desabastecimiento interno y al alza de precios domésticos, las autoridades mantenían cerrado el registro de trigo hasta el momento, mientras que en el pasado ya había dejado de otorgar permisos para el maíz.
Las subas de precios internacionales de las materias primas le permiten al Gobierno obtener una fuerte recaudación fiscal, principalmente gracias al complejo de soja.
La Argentina es el segundo exportador global de maíz, el tercero de soja, el cuarto de trigo y el mayor proveedor mundial de harina y aceite derivados de la oleaginosa.