La justicia, fiel a su costumbre, lo liberó rápidamente, sin preguntarse siquiera si hizo algo para evitar que su compañero conductor pasara las barreras bajas
La Justicia en la Argentina es sorda, ciega, muda y, la mayoría de las veces, inoperante y absurda.
Ahora, lo volvió a demostrar al liberar a uno de los choferes de la tragedia de Dolores.
Se trata de José Garófalo, el acompañante. ¿Se habrá preguntado quien lo liberó si hizo algo para evitar que su compañero conductor llevara al matadero a 17 personas y dejara heridas a otras 60?
La situación de los dos conductores debería ser realmente complicada -si no fuese la Justicia argentina-, dado que los testigos del hecho contaron que el rodado venía a alta velocidad y que los choferes avanzaron pese a que "la barrera estaba baja" y que estaban encendidas las luces de alerta.
Al respecto, el fiscal general de Dolores, Luis Defelitto, reveló que la fiscal a cargo de la causa, María Fernanda Hachman, pidió que el conductor del ómnibus de El Rápido Argentino, Javier Rodríguez, sea juzgado por homicidio doloso con dolo eventual y lesiones dolosas. La pena podría ser desde 8 hasta 25 años.
Por su parte, para el acompañante, Luis Garófalo, solicitó se lo juzgue por homicidio culposo agravado por la cantidad de víctimas. El podría permancer en prisión de 2 a 5 años.
Ambas decisiones serán definidas por el juez que intervenga en la causa, "quien podrá concordar total, parcialmente o diferir con la fiscal", agrego Defelitto.
También dijo que "el proceso llevará tiempo" y que deberán realizarse numerosas pericias viales y estudiar las historias clínicas de los fallecidos y los damnificados.
Asimismo, el primer policía que llegó al lugar de los hechos, confirmó que, luego del terrible accidente, la barrera estaba partida y aún se escuchaba la campana de alerta en el paso a nivel del ferrocarril.
Según fuentes, en su primera declaración ante la fiscal, los detenidos dijeron que se sorprendieron porque la barrera comenzó a bajar rápidamente, argumento que fue desmentido por policías y vecinos de Dolores, quienes dieron cuenta que el paso funcionaba a la perfección.