El ejército está listo para una ofensiva total mientras que la artillería bombardeó torres de televisión y telefonía celular que cortaron las comunicaciones
Más de 20 mil extranjeros ya evacuaron el Líbano porque temen lo peor.
Y la beligerancia creciente entre Israel y el Hezbollá parece darles la razón.
Israel dio un nuevo ultimátum a las decenas de miles de civiles libaneses que viven en el sur del país, debajo del río Litani, para que abandonen inmediatamente la región.
Era el anuncio de que una operación militar terrestre estaba en curso y efectivamente así ocurrió: un contingente de más dos mil soldados, apoyados por blindados, tanques y aplanadoras, cruzó la frontera y tomó la ciudad de Maroun al Ras donde aún quedaba unos pocos residentes.
Pero este pequeño pueblo había presentado la mayor resistencia desde el martes, cuando se intentó penetrar para limpiar la zona de milicianos de Hezbollah.
El contingente pasó un puesto de control de la ONU y se dirigió a la aldea. Estas incursiones tienen como objetivo neutralizar los lugares desde donde se lanzan los cohetes Katiusha.
Hubo ahí fuertes combates cuerpo a cuerpo y se logró este avance que también incluyó la ocupación otra población. No es claro cómo va a seguir esta acción, pero el gobierno ha dicho y el gobierno lo confirmó que la intención es demorar la invasión al Líbano, es decir que la decisión de entrar más adentro del territorio libanés ya está tomada. Pero deben ir tomándole el pulso al combate porque la resistencia de los milicianos de Hezbollah es muy intensa, organizada y difícil.
Después de los combates de esta semana que suponían una baja de la logística de la guerrilla shiíta para el lanzamiento de cohetes contra el norte del territorio de Israel, hoy se renovó con una ola de 70 katiuskas que pegaron en media docena de ciudades y dejaron varios heridos. Uno de los misiles cayó sobre un asilo de ancianos de Carmel que por ser un día feriado, se encontraba vacío.