Macri recibirá mañana en su despacho al jefe de Gabinete nacional, Alberto Fernández, y le preguntará por última vez si la Nación le cederá a la ciudad los fondos para traspasar la Superintendencia Metropolitana de la Policía Federal de la órbita nacional a la porteña.

"Son las provincias quienes deben decidir el traspaso de fondos mediante una reforma a la ley de coparticipación en el Congreso. Eso diríá Alberto Fernández", según fuentes oficiales.

"Si mañana Alberto Fernández nos niega los fondos, largamos la policía propia", señaló a LA NACION un allegado directo de Macri.

Se denominará Policía de la Ciudad de Buenos Aires, tendrá en principio 2000 efectivos, comenzará a funcionar dentro de un año y medio, y tendrá que ser aprobada por una ley de la Legislatura porteña.

"Se ocupará de prevenir y reprimir cualquier tipo de delito, no tendrá facultades recortadas, sino amplias. Queremos combatir la inseguridad", señaló un allegado al jefe de gobierno.

La futura superposición de funciones entre esta fuerza policial distrital y la Policía Federal, que controla el ministro de Justicia, Aníbal Fernández, es todo un interrogante en ambas administraciones.

Para comprender el conflicto, hay que repasar la historia. Macri y el ex candidato a jefe de gobierno porteño del kirchnerismo, Daniel Filmus, prometieron durante su campaña, en 2007, el traspaso de la Superintendencia de la Policía Federal, de la Nación a la ciudad, con sus fondos incluidos, unos 900 millones de pesos.

Esa área comprende las 53 comisarías y 17.000 agentes que controlan la seguridad porteña. Tras su triunfo electoral, Macri hizo valer su promesa, pero Alberto Fernández, padrino político de Filmus, cambió de parecer y dijo que debía gestionarlo ante las provincias.

Hace 30 días, Macri y Fernández se reunieron en la Casa Rosada. Y el jefe de gobierno porteño le dio un plazo de un mes para que se resolviera la cuestión. Y Macri anunció ayer que si la respuesta sigue siendo negativa, lanzará la creación de la policía propia.

El jefe de gobierno porteño también pedirá el traspaso total de la justicia nacional a la órbita metropolitana y la transferencia del manejo sobre el transporte.

Es poco -o casi nada-- probable que Fernández acceda a estos pedidos.

Los puntos en los que podría haber acuerdo son los pedidos de Macri sobre el financiamiento para la obra pública que hay en común entre la Nación y la ciudad de Buenos Aires.

Son esas obras la autopista ribereña, subterráneos, proyectos ferroviarios, reformas en el sistema de transportes y las obras para impedir las inundaciones. "También habrá agenda abierta", dijo una fuente de la Casa Rosada.

Alberto Fernández, además, le planteará a Macri la necesidad de unificar la ley de seguridad vial con el sistema de scoring para las licencias de conducir. El gobierno porteño tiene ya su ley, al margen de la Nación.