Según las encuestas, el presidente y candidato socialista volvió a dejar sin aire al conservador. Al catastrofismo de Rajoy se impusieron la propuestas del líder del PSOE
El presidente del gobierno español y candidato socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, se impuso en la noche del lunes con propuestas en el último debate televisivo de la campaña, sobre el conservador Mariano Rajoy, que expuso una visión catastrofista de España, amenazada por problemas económicos, terrorismo e inmigración.
En base a esta estrategia, las primeras dos encuestas publicadas al finalizar el debate por las cadenas de televisión Cuatro y la Sexta coinciden en otorgarle un claro triunfo a Zapatero (50,8 y 49,2%), con una ventaja de 20 puntos sobre Rajoy (29 y 29,8%).
Otra encuesta, como la elaborada por Metroscopia para el diario El País da como vencedor a Zapatero (53 a 38%), mientras un estudio de Sigma Dos para el diario El Mundo, otorga el triunfo al presidente del gobierno pero por un margen más estrecho (49 a 40,2%), según publicó la agencia TELAM.
La amplia franja de indecisos, el récord de audiencia del primer debate y la ausencia de un claro favorito, hacían de este segundo y último "cara a cara" televisivo en todo un hito electoral.
Lo que se vio por elevisión fue un debate repetitivo, con menos emoción que el primero, y que se destacó por una mayor presencia de propuestas, por parte del candidato socialista, y una insistencia en el diagnóstico catastrofista del líder del opositor Partido Popular (PP), Mariano Rajoy.
En el debate sobre economía insistió en que el superávit conseguido durante la legislatura permitiría afrontar sin problemas la desaceleración económica, e incluso se proponía alcanzar el pleno empleo, y adelantó que pondría en marcha un plan de infraestructuras para compensar la caída de la actividad en el sector de la construcción.
Zapatero prometió crear dos millones de puestos de trabajo, subir las pensiones mínimas a 850 euros, y 710 a las viudas, así como también subir el salario mínimo un 30%, además de presentar una batería de propuestas en ayudas sociales.
Rajoy propuso "reducir el gasto público, establecer competencia en el mercado, y hacer "reformas económicas", como hizo el PP en el pasado.
Volvió a meter miedo en torno a la inmigración, dijo que "la mayor amenaza a nuestras políticas sociales es no tener una buena política económica y, el segundo peligro, es la inmigración desorganizada".
En este punto quedó en evidencia que PSOE y PP tenían dos modelos diferentes, el primero de "diálogo", y el segundo de "orden y mando", dijo Zapatero.
No obstante, el momento más tenso del debate se vivió cuando ambos candidatos se enfrentaron en torno a política exterior y seguridad.
Zapatero reprochó a Rajoy y su partido que haya utilizado el terrorismo como arma electoral, y se comprometió a que sea cual fuera el resultado del próximo domingo, el PSOE iba a apoyar al gobierno en la lucha antiterrorista "sin condiciones".
En cambio, Rajoy le respondió que él no iba a apoyar a un gobierno que, como el suyo, negociara políticamente con terroristas, y que había mentido a los españoles.
En el último debate, el presidente del gobierno mejoró su puesta en escena y fue claro al exponer sus propuestas de futuro, con la mirada puesta en los millones de indecisos que podrían inclinar la balanza a su favor.
Por su parte, el candidato del PP volvió a atacar al gobierno con un discurso que sólo puede servir para el consumo interno, pero que es poco probable que mueva al electorado de centro o al disconforme de la izquierda, como pretende Rajoy.
Zapatero logró un triunfo decente, mientras Rajoy fracasó, ya que su objetivo era dar un duro golpe al presidente del gobierno, como última oportunidad para dar vuelta las encuestas.