Martín Palermo pasó a la historia del fútbol argentino al alcanzar los 180 goles y ser el goleador más grande de la historia xeneize.

El esperado gol 180 de Palermo le dio el triunfo y la punta del Clausura a Boca, que pudo festejar en La Plata ante Gimnasia en un partido durísimo y comparte la primera posición con Vélez.

La expulsión de Jonatan Maidana en el primer tiempo, cuando el resultado era empate, pareció el anticipo de grandes dificultades, pero el equipo de Ischia absorbió, se sostuvo y la situación se le facilitó en el último cuarto de hora, cuando el Lobo también quedó con diez debido a la tarjeta roja bien merecida por el uruguayo Sergio Leal.

Después de un comienzo parejo, Gimnasia empezó a crecer en la mitad de la cancha por el rendimiento de Matías Escobar y su juego fue ganando en profundidad en la medida que Ignacio Piatti encontró espacio para moverse por el sector derecho.

Boca había llegado al minuto con un remate de Juan Román Riquelme que se fue apenas desviado y con un tiro libre del enganche que fue devuelto por el travesaño, pero nunca había alcanzado el control del juego. Y el ingreso de Juan Cuevas sobre el cuarto de hora por el lesionado Juan Neira le agregó otro problema al equipo de Carlos Ischia, ya que el ingresado tuvo mucha movilidad por izquierda.

El local estuvo cerca de romper el cero en varias oportunidades. Primero, con un cabezazo de Renato Civelli. Luego, a través de un taco divino de Diego Alonso que, con muchos problemas, contuvo Mauricio Caranta. Y por último, una tremenda volea del delantero uruguayo, que salió desviada. Boca recién volvió a acercarse a once del final, cuando Carlos Kletnicki se quedó con un remate de Palermo tras una jugada colectiva entre el paraguayo Claudio Morel Rodríguez y Riquelme.

Así fue que en el mejor momento de Gimnasia, a los 37, Boca quedó con diez hombres por la expulsión de Maidana, quien barrió con imprudencia frente a Lucas Landa. El árbitro Carlos Maglio sacó directamente la tarjeta roja. En los minutos que siguieron no se notó la diferencia numérica y, a cuatro del descanso, un gran pase de Riquelme encontró a Rodrigo Palacio. Kletnicki salió con vehemencia, pero no alcanzó a tocar al delantero, quien de todas formas aprovechó la ocasión y se dejó caer. Maglio compró y a Palermo poco le importó. El Loco definió con un potente zurdazo, arriba y a la derecha del arquero, para llegar a su gol 180 en Boca.

Gimnasia pudo haber llegado al empate en el primer cuarto de hora de la segunda etapa, lapso en el cual convirtió en figura a Caranta. El arquero de Boca se jugó ante Cuevas, le sacó un cabezazo a Alonso y tapó frente a Leal. En ese momento, los dirigidos por Ischia estaban muy metidos atrás y apenas se limitaban a aguantar. Encima de todo, Riquelme no recibía la pelota, por lo que las aspiraciones ofensivas eran prácticamente nulas. Pero el correr de los minutos llevó al conjunto de Sanguinetti a entrar en la confusión y la desesperación. Perdió claridad y profundidad, lo que provocó el agrande de un Boca que empezó a lastimar de contraataque.

La complicación total para el Lobo llegó a los 28 del complemento, cuando el uruguayo Leal fue correctamente expulsado por un codazo a Palacio. En el último tramo y ya en paridad numérica, Boca controló las acciones sin sobresaltos y hasta pudo haber aumentado: Palacio y Riquelme tuvieron dos clarísimas que dieron en el palo. El partido dejó la sensación de que, por actitud y chances de gol, Gimnasia mereció mejor suerte, pero el oportunismo y la inteligencia del Xeneize pudieron más y ahora la punta del campeonato también es azul y oro.