La joven convirtió al buscador en un macabro manual para engañar a su esposo y poder envenenarlo. La cena romántica casi se convierte en una trampa mortal
Una joven británica de 28 años envenenó a su marido y para preparar la mezcla convirtió al buscador Google en su macabro manual. La mujer fue hallada culpable de intento de homicidio por el Tribunal Superior de Stafford, según informó el diario The Telegraph. La víctima, Lee Knight, de 37 años, quedó sordo, ciego y con graves secuelas cerebrales tras ser envenenado, en abril de 2005.
Según el diario británico, Kate Knight utilizó un anticongelante que metió en bebidas y en una salsa curry especialmente preparados para festejar los siete años de casamiento.
La joven buscó en Internet y encontró que podía probar con glicol de etileno. No sabía mucho, sólo que su consumo en grandes cantidades podía servir para matar a su pareja.
El glicol de etileno afecta la química del organismo aumentando la cantidad de ácido y provoca problemas metabólicos. Es un líquido transparente, incoloro y es ligeramente espeso a temperatura ambiente. Es usado, por ejemplo, para fabricar anticongelantes, para deshelar autos, aviones y como solventes en la industria de pinturas. También es un ingrediente que se usa en líquidos de revelado, fluidos para frenos hidráulicos y en tinturas de imprenta.
Poco a poco, Kate fue dándole forma a su macabro plan. Después de siete años de casados, la mujer llegó a la conclusión de que el festejo sería la oportunidad que estaba buscando. No todo fue pasional, sino que en el medio había un seguro de vida de 130 mil libras. La Justicia consideró que Kate intentó matar a Lee para quedarse con el dinero. La mujer debía cubrir un crédito.
Lee, que trabajaba en una fábrica de cerveza, tuvo que ser internado de urgencia. Estuvo cuatro meses hospitalizado en estado de coma y, a pesar de sufrir graves secuelas, sobrevivió al intento de homicidio. El hombre presenció el juicio, durante el cual sostuvo no saber nada sobre dos créditos sacados por su ex, en 2003 y 2004.
La víctima se sometió a varias operaciones para recuperar al menos la escucha. Pero de todas maneras, durante el juicio, que duró tres semanas, debió ser ayudado por dos asistentes para brindar las pruebas que llevarían a su ex esposa a la cárcel de por vida.
"Perdí mi trabajo, mi casa. Todo por lo que estuve trabajando, incluso a mi hijo", dijo el hombre tras la lectura del fallo. Ahora, Lee vive con sus padres, en Stoke-on-Trent.