El titular de la filial argentina de la organización ecologista calificó de "lamentable" el bloqueo del puente que llevan adelante los asambleístas
El titular de la filial argentina de la organización ecologista calificó de "lamentable" el bloqueo del puente que llevan adelante hace más de un año los asambleístas entrerrianos contra la pastera Botnia.
Además, remarcó que su organización realiza "acciones directas no violentas".
Dando una muestra más del distanciamiento que existe con los asambleístas entrerrianos, el director político de Greenpeace Argentina, Juan Carlos Villalonga, aseguró hoy que considera "lamentable" la metodología de corte de ruta que emplean los asambleístas de Gualeguaychú para protestar contra la papelera de Botnia.
Villalonga explicó que su organización "se caracteriza por realizar acciones directas no violentas para afectar o señalar algo que no debe realizarse". Y opinó que el corte de ruta "es una medida indirecta que termina perjudicando a gente que nada tiene que ver con el conflicto" y que puede terminar siendo una "medida irritativa".
"Lo que es lamentable es que en la Argentina el corte de ruta se ha hecho la herramienta por excelencia para que la gente pueda acercar su preocupación", evaluó el directivo en declaraciones radiales.
Los entrerrianos comenzaron a perder el apoyo de Greenpeace a mediados de 2006, cuando ante la realidad de que en el futuro llegarían más pasteras y papeleras al cono sur, la organización planteó a Gualeguaychú su plan que acepta las llamadas industrias limpias. Pero los asambleístas rechazaron esa postura y siguieron adelante con sus protestas.
Antes de esa instancia, Greenpeace y Gualeguaychú encabezaron acciones conjuntas contra Botnia. La ONG apoyó la primera marcha hacia el puente internacional San Martín de abril de 2005, sus militantes hicieron de cepos humanos contra camiones de la empresa y también se encadenaron al puente privado de la planta.
La actividad más conocida que auspició fue la que logró que la reina del Carnaval, Evangelina Carrozo, ingresara a la cumbre Unión Europea—Latinoamérica y el Caribe de Viena con un cartel que decía "No a las papeleras contaminantes".