El presidente dio instrucciones a sus principales colaboradores para que en 180 días el PJ esté normalizado, a fin de quedarse con la conducción del partido
El presidente Néstor Kirchner dio instrucciones a sus principales colaboradores del
peronismo para que en 180 días el PJ esté normalizado, a fin de quedarse con la conducción del partido y emprender un proceso de reorganización, que incluirá la reforma de la Carta Orgánica.
El punto de partida será el mismo 10 de diciembre, fecha en la que no sólo Kirchner cederá la banda presidencial a su esposa, Cristina Fernández, sino que el interventor del PJ, Ramón Ruiz, asumirá su banca como diputado nacional.
Será entonces cuando la jueza con competencia electoral María Servini de Cubría deberá designar a su reemplazante, que según fuentes partidarias, sería un hombre cercano a Kirchner.
Se iniciará así un proceso que desembocará con las elecciones internas en el partido para hacer cesar la intervención -comenzada hace más de cuatro años-, y que no podrían realizarse antes de mayo o junio próximo, estimaron fuentes del PJ consultadas por la agencia Noticias Argentinas.
El primer paso firme en este sentido será en enero próximo, cuando se conformará una comisión "normalizadora" que tendrá como principal objetivo la puesta en marcha de una reafiliación completa y la actualización de los padrones partidarios, así como
trabajar en la reforma de la Carta Orgánica de PJ.
Según pudo saber la agencia NA, esta reforma en la normativa partidaria ajustará funciones del Consejo Ejecutivo y de los organos legislativos, y deberá ser aprobada por organismo supremo partidario, el Congreso Nacional Justicialista.
Este cuerpo deliberante, que representa directamente a la soberanía partidaria, sesionaría entre fines de marzo y abril para ratificar -por mayoría simple- estas reformas en la Carta Orgánica, así como convalidar el llamado a internas.
A partir de entonces, Kirchner tendría el camino libre para presentarse como candidato a presidente del Consejo Nacional o impulsar para ese cargo a un hombre de confianza que no sólo garantice la estructura del PJ como base de apoyo de la gestión de Cristina, sino que haga del peronismo -ya organizado y normalizado- la nave insignia de la coalición oficialista que liderará el actual presidente con miras a 2011.
De esta forma, Kirchner evitaría que la estructura del PJ sea absorbida por otros dirigentes del peronismo, que ya enviaron señales sobre su intención de dar pelea por la conducción del partido, como Eduardo Duhalde y Juan Carlos Romero, o bien
trabajan en su candidatura presidencial de cara a las elecciones de 2011, entre ellos Alberto Rodríguez Saá, Mario Das Neves y José Manuel de la Sota.
Aun en las lecturas más optimistas, en todos los despachos de la Casa Rosada se mantienen alertas ante lo que descuentan como una clara intención de estos candidatos del PJ disidente de llevar a aguas propias a los dirigentes peronistas "heridos" que
quedaron fuera de la estructura electoral armada por el kirchnerismo para los comicios nacionales de octubre pasado.
En paralelo, Kirchner ya tiene en mente la idea de iniciar una intensa recorrida por el país luego del 10 de diciembre a fin de avanzar en el armado de su fuerza política nacional, para luego extender sus visitas al exterior y dar charlas sobre su
experiencia en los últimos cuatro años y medio de gestión.
"A mí me encanta recorrer el país, así que voy a ir de aquí para allá cada vez que pueda", respondió con tono burlón el propio Kirchner al ser consultado por la agencia NA acerca de su futuro político luego del 10 de diciembre.
De todos modos, Kirchner ya dejó entrever sus intenciones de dedicarse al armado de un espacio progresista que echará mano a la suspendida Fundación Calafate para la formación de unos 500 cuadros políticos jóvenes" a fin de ampliar la base de sustentación de su nueva fuerza en el ámbito público.