El Club de París está dispuesto a considerar con espíritu positivo una propuesta de la Argentina para cancelar su deuda, aunque no recibió una petición formal del país.

Lo dijo el presidente del organismo, Xavier Musca.

La Argentina adeuda 6300 millones de dólares al organismo y se espera que la presidenta electa del país, Cristina Fernández de Kirchner, solicite una renegociación de ese pasivo.

Las normas actuales del Club de París exigen que si la Argentina pretende reestructurar su deuda deberá firmar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Pero ese requisito no es necesario si el país decide pagar con sus reservas internacionales.

Los comentarios de Musca parecen orientados a que el Club de París podría favorecer un repago directo más que una renegociación.

"En este momento, el Club de París no ha recibido desde las elecciones presidenciales una petición formal de la Argentina para el pago de su deuda", dijo Musca al margen de la reunión de ministros de Finanzas europeos.

El presidente Néstor Kirchner canceló la deuda del país con el FMI y rechazó cualquier posibilidad de volver a firmar un programa con el organismo de crédito.

A principios de noviembre, el nuevo director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, dijo que era tiempo de que la Argentina resolviera su deuda, incluyendo la del Club de París, seis años después de que suspendiera sus obligaciones financieras en medio de una feroz crisis.

Solucionar el problema con el Club de París permitiría al país tener mejor acceso al crédito, señaló. La Argentina se ha financiado con nuevas emisiones de deuda, que mayormente fueron absorbidas domésticamente o con bonos comprados por Venezuela.

El Club de París es un grupo informal de acreedores oficiales, que incluye a Estados Unidos y miembros del Grupo de los Siete, que también son los principales accionistas del FMI. Cerca del 70 por ciento de la deuda argentina es con Alemania, España y Japón.

Las relaciones del país con los tenedores privados de bonos, algunos de ellos jubilados de Italia, España, Alemania y Japón, siguen siendo conflictivas luego de que reestructurara unilateralmente su deuda soberana de 100.000 millones de dólares, con un fuerte recorte de capital.

Algunos de esos acreedores han instado a Estados Unidos a demandar a Buenos Aires que negocie con los tenedores de bonos incumplidos que no se sumaron al canje, cuando Argentina inicie las conversaciones con el Club de París.