Definitivamente el hijo del príncipe Carlos rompió con su novia Chelsy Devy. La vida algo "alocada" del joven Enrique de Inglaterra colmó la paciencia de la chica
Desde que se conocieron en 2004, el príncipe Enrique de Inglaterra y Chelsy Devy tan sólo se vieron durante periodos de vacaciones debido a la distancia que los separa: él vive en Europa y ella en África. Aunque su dinero y ganas de compartir tiempo juntos parecían más fuertes que la distancia.
Pero la vida agitada que lleva Harry terminó agotando la paciencia de la joven. Sucede que Davy, nacida en Zimbawe, está harta del estilo de vida que lleva el hijo de la fallecida princesa Diana, gran aficionado a salir por las noches y a las fiestas, y de su falta de compromiso en la relación, según explica el dominical News Of the World.
El mismo diario aclara que la gota que rebalsó el vaso fue cuando el príncipe prefirió ir a París a ver la final de la Copa del Mundo de Rugby, en lugar de acudir a la fiesta de cumpleaños de su novia.
Amigos de la pareja comentaron que la relación terminó con una serie de llamadas telefónicas entre Leeds (norte de Inglaterra), donde estudia Chelsy, y Lesotho (África), donde el príncipe realiza un trabajo con fines benéficos.
Por su parte, The Mail On Sunday habla de una "separación de prueba", con la que ambos "esperan darse un tiempo en lugar de romper para siempre". Un allegado a Chelsey que cita dicho periódico señaló que la joven decía que necesitaba tomarse un tiempo para poder buscar su propia identidad.
Por el momento, no se hizo ningún anuncio oficial de la supuesta ruptura. De hecho, desde Clarence House, la residencia oficial del príncipe Carlos, se rehusaron a realizar comentarios al respecto.
Ella tampoco se queda atrás
Si bien Davy se queja de la alocada rutina que mantiene el tercero en la línea de sucesión a la Corona inglesa, hace poco, ella también protagonizó un escándalo con fotos prohibidas de por medio.
Como si no alcanzara con las travesuras de los príncipes para sacudir a la realeza británica, Chelsy hizo tambalear la dignidad de la familia real al ser captada por una lente fotográfica en plena juerga con sus amiguitas.
En la foto tomada a la salida de un bar se ve a la joven con la que el príncipe se había comprometido este verano, en una situación en la que pareciera que le pasa la lengua al pecho de su amiga mientras otra le sostiene el otro seno.