Stryker, una de las empresas de alta tecnología en productos y servicios médicos más grandes del mundo, alcanzó un crecimiento en la Argentina del 75% en el último año y proyecta un crecimiento del 30% más para lo que resta del 2007.
La firma, que este año cumplió con su décimo aniversario en el país, anunció que “es muy probable que este año instalemos aquí el primer quirófano del futuro”, las I-Suites, salas de operaciones integradas e inteligentes, de las cuales Chile ya cuenta con seis unidades. “La buena noticia es que nuestro crecimiento significa también que la Argentina avanza en la medicina del futuro, más humanizada y al mismo tiempo más eficiente”, agregó su Gerente General, Sebastián Ponceliz.
Lo que hasta ayer parecía ciencia-ficción, hoy es una realidad. Con una inversión anual en Investigación y Desarrollo que supera el 6% de su facturación global –que en 2006 fue de 5.400 millones de dólares- Stryker genera una sofisticada tecnología. Por ejemplo, integra la producción de imágenes de alta resolución, los procedimientos quirúrgicos y la robotización. El resultado: una cirugía “inteligente”, menos invasiva, más precisa, sin riesgo de infecciones y otras complicaciones, con baja estancia hospitalaria y pronta e indolora recuperación. Tal vez, los primeros pasos hacia una cirugía sin sangre, sin heridas y sin dolor.
"Este nuevo enfoque representa una visión de futuro y requiere un cambio conceptual en el abordaje de la gestión de la salud, que integra los aspectos médicos, sociales y económicos del sistema. El quirófano inteligente, nuestra I-Suite, permite además de las ventajas ya mencionadas, incrementar en un 50% la productividad de cada sala quirúrgica. De esta manera, los turnos de espera para la programación de una cirugía se reducen a la mitad del tiempo”, agregó el ejecutivo.
Mientras aguarda concretar la instalación de esta revolucionaria tecnología en la Argentina, Stryker pone al alcance de la medicina local sus avances, principalmente en dos áreas: los reemplazos articulares y microimplantes ortopédicos, que representan el 60% de sus ventas anuales en nuestro país, mientras el restante 40% corresponde a Medsurg, relativa a equipamiento hospitalario y tecnología médica.
En este último rubro la Argentina ya cuenta con algunos productos de última generación, como equipos de endoscopía de alta resolución, camas multifuncionales que promueven la “humanización del parto” con menos estrés para la madre y mayor seguridad en el nacimiento, y la “bomba de control de dolor”, un pequeño aparato que bombea un anestésico local directamente en la herida después de la cirugía y mejora la situación post-operatoria del paciente.
“La compañía es uno de los líderes del mercado en esta industria dinámica y en expansión, ya que continuamente nos esforzamos por alcanzar resultados clínicos superiores y mejorar la calidad de vida de los pacientes”, afirma Ponceliz. “Impulsamos las fronteras de la investigación médica manteniendo una inflexible integridad clínica y este esfuerzo se refleja luego en nuestros resultados”, concluyó.