Consideró perjudicial para el centenario partido que dirigentes identificados con el gobierno de Fernando de la Rúa “busquen mantener posiciones y cargos”. Aseguró que Kirchner “gobernó muchos años en Santa Cruz sin límite opositor ni jurídico”, y que por ello tiene tendencia a buscar la hegemonía
dirigente radical Juan Manuel Casella auspició una profunda renovación en el radicalismo que posibilite instalar una nueva dirigencia, y reclamó que los referentes del partido identificados con el fallido gobierno de Fernando de la Rúa, pasen a un segundo plano.
El ex embajador en Uruguay consideró, además, que el presidente Néstor Kirchner tiene “tendencia natural al hegemonismo”, y advirtió que trata de ocupar el lugar de la oposición frente al “panorama de dispersión, de falta de unidad, que crea un vacío” en el espacio no oficialista.“Por la práctica política del presidente en su época de gobernador, hay una tendencia natural al hegemonismo. El presidente gobernó durante muchos años en Santa Cruz sin límite opositor ni jurídico”, señaló el dirigente radical en declaraciones al programa “Asteriscos” que se emite por Canal P+E.
Casella, ex ministro de Trabajo de la Nación, opinó que el radicalismo “volverá” a ocupar su rol político “en la medida en que se produzca un proceso de renovación, que es imprescindible”, y reclamó a los dirigentes tradicionales del partido que abran espacios para el surgimiento dirigencial.“Los síntomas son contradictorios. Tenemos por un lado, la aparición de figuras importantes y nuevas como Margarita Stolbizer, y a la vez, la permanencia de un grupo de dirigentes que fueron afectados por el período 1999, 2000 y 2001, que mantiene sus posiciones”, destacó.
Para el dirigente radical, no se trata de “que se deben ir, sino que deben favorecer la renovación, abrir espacios para que aparezcan nuevos dirigentes”.
“El fracaso del Gobierno de Fernando de la Rúa dejó gente con el espíritu mal ubicado. Hay que recomponer esa energía participativa y reactivar la militancia radical”, analizó Casella.Consideró que la renovación debe producirse “en el campo humano, buscando una nueva dirigencia; en el campo metodológico, para terminar con cierto tipo de práctica que se ha instalado en el gran Buenos Aires, y una práctica ideológica, para decir cómo hay que hacer las cosas con la Argentina que tenemos hoy”.
Según consideró el dirigente radical, “el drama del radicalismo está centrado en el Gran Buenos Aires, con el poco nivel y la poca calidad de la dirigencia, que disminuyó abruptamente, y la caída de la práctica política. Esa pérdida no sólo afecta a la UCR sino también a todos los partidos”.Uno de los elementos que mencionó el ex ministro de Trabajo fue la “disminución en el campo de representación de la clase media que, junto con la salida del partido de dirigentes, por derecha y por izquierda, disminuyeron la cobertura social de la UCR”.
El ex ministro de Trabajo se refirió también a la baja del desempleo anunciada por el Gobierno y mencionó que el crecimiento de la ocupación fue “fuerte básicamente en el segundo semestre” y estimó que seguirá aumentando.