Fernando Alonso (Renault) vio hipotecada su opción a un buen resultado en el Gran Premio de Hungría de Fórmula 1 al efectuar en los entrenamientos libres maniobras que los comisarios de la carrera consideraron peligrosas, y por las que le penalizaron para las clasificaciones.

En la segunda sesión de enasyos, mientras adelantaba al Red Bull-Ferrari de Robert Doornbos en la recta de llegada, Alonso dio un volantazo hacia el bólido del holandés en señal de protesta.

A continuación, el español frenó repentinamente y obligó a Doornbos a una hacer una maniobra refleja de evasión.

Los comisarios de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) juzgaron que esas maniobras fueron "inútiles, inaceptables y peligrosas".

Sumadas a un adelantamiento que realizó cuando ondeaba la bandera amarilla, momento en que está prohibido hacerlo, la multa fue severa: dos segundos para las clasificaciones del sábado.

Lo que equivale a decir que Alonso está casi condenado a partir desde la segunda mitad de la parilla en un circuito donde los adelantamientos son muy difíciles.

"Son cosas que pasan en cada sesión de entrenamientos", se defendió Alonso, que no tendrá posibilidad de recurrir, según la FIA.

Por su parte, Doornbos no se mostró especialmente molesto por la conducta de Alonso.

La sanción trae a la memoria otra reciente a Schumacher, al que, en mayo, los comisarios castigaron por parar su auto para conservar su mejor tiempo en las clasificaciones del Gran Premio de Mónaco: le relegaron a la última posición de la parrilla.