Vélez se consagró campeón del fútbol argentino al adjudicarse el torneo Clausura 2011, y si bien tuvo un rendimiento efectivo y seguro, terminó siendo el que menos se equivocó en un certamen que tuvo tantos altibajos que hasta el final no se sabía cuál sería el equipo de mayor puntaje.

El conjunto de Ricardo Gareca tuvo, no obstante, grandes méritos, porque hasta el final estuvo disputando dos torneos, la Copa Libertadores y el torneo local, y supo sobreponerse a algunas complicaciones propias de esas disputas.

En el resumen se podría decir que no fue el más regular de los campeones de torneos cortos -perdió cuatro partidos-, pero dentro del contexto del certamen, fue un justo ganador, por el peso de sus individualidades, pero también por la confianza de su juego colectivo.

El plantel velezano tuvo a nueve jugadores que ya habían sido campeones en el Clausura 2009, pero además sumó a muchos juveniles salidos del club que serán la próxima camada de titulares, de una entidad que apuesta siempre al futuro.

Lo llamativo es que este equipo de Gareca tuvo como goleador a un jugador como David Ramírez, quien terminó jugando de suplente, la revelación del torneo tuvo el nombre propio de Ricardo "Ricky" Alvarez y la eterna habilidad de Juan Manuel Martínez, figura descollante.

La vigencia de Santiago Silva, la seguridad defensiva y el aporte de valores como Maximiliano Moralez y Víctor Zapata, sumaron cosas positivas a un equipo que Gareca supo amoldar a las circunstancias para sortear todos los obstáculos.

Un campeón sin tanto brillo, como algún otro que tuvo en su historia el propio Vélez, pero que en este fútbol actual es un justo ganador.