Por Adrián Taccone
Perpetuidad, divino tesoro, para "Don Julio"
18 de mayo de 2011
Mucho se ha hablado sobre la perpetuidad, de la longevidad y hasta de la formas en que una persona quiere quedarse para siempre en un lugar.
El caso más claro y concreto es el de Julio Humberto Grondona, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) desde hace 30 años y vicepresidente primero de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), desde hace más de una década, algo que sobrepasa cualquier tipo de conjeturas.
Siempre estuvo en el borde de la polémica, para bien o para mal, pero "Don Julio" siempre ha sabido capear el temporal con una muñeca impresionante, haciendo que todo lo que se debata, discuta y reclame quede minimizado a un "Todo pasa".
Ahora fue Daniel Passarella, ex jugador de River, ex capitán de la selección argentina campeona en el Mundial 78, ex director técnico "millonario" y también del seleccionado nacional en el Mundial Francia 98, y actual presidente de la entidad de Núñez el que le pidió al titular de la AFA la renuncia.
Grondona se ha enfrentado con una gran cantidad de personalidades del mundo del fútbol en argentino, incluso del ambiente político y empresario, pero siempre ha salido bien parado con una cintura que permite pensar en su poder de convicción o simplemente en su poder.
Ahora Passarella le gritó que debe renunciar por el mal arbitraje de Patricio Loustau en el superclásico del domingo pasado que Boca le ganó a River por 2-0 en la Bombonera, que deja al conjunto de Núñez muy cerca de la Promoción.
"Es nuevito en esto", dijo Grondona sobre la reacción de Passarella, con el que convivió en varias ocasiones desde sus lugares deportivos, y ahora lo minimiza con una frase propia de quien se sabe seguro en su portura.
La perpetuidad ha conllevado un sinfin de problemas en cualquier lugar del mundo y en diferentes ámbitos, pero el caso Grondona parece por demás paradigmático, porque tampoco se ve en la dirigencia futbolística argentina alguien con la capacidad de negociación para reemplazarlo.
Grondona, a sus 80 años, aún quiere seguir dando pelea, más allá de que Diego Maradona lo tildó de mafioso.