Siempre se dijo que los denominados "equipos grandes" del fútbol argentino, léase River, Boca, Independiente, San Lorenzo y Racing, siempre fueron sinónimos de buen juego y de títulos por doquier.

Sin embargo, lejos están esos tiempos de bonanza y hoy cuando ninguno de ellos está disputando la Copa Libertadores -más por desaciertos anteriores que por otra cosa- sus hinchas tienen que ver cómo los equipos se pelean por intentar encontrar el rumbo que los devuelva a los primeros planos.

Los panoramas de Boca y de Independiente son -al menos en la teoría-, no obstante los "xeneizes" se debaten entre encontrar un equipo que pueda recuperar el prestigio de antaño, ya sin Abbondanzieri, pero con Riquelme y el eterno Martín Palermo para "sacar las papas del fuego" y mantener a los de Abel Alves vivos.

Recursos no le faltan a los hombres de la Ribera, aunque está visto que el "recambio" le costará más de la cuenta, pero en el horizonte se avizoran elementos destacables como Erbes o Barroso.

El juego, por ahora no aparece, y los hinchas, si bien quieren otra cosa, le dejan el crédito abierto. Habrá que ver hasta cuando.

Una cuestión casi para diván es River. Que no pudo con Arsenal de local, y no porque haya jugado casi un tiempo con un hombre menos se salva de la crítica, porque antes de ser expulsado Matías Almeyda, el equipo de Leonardo Astrada tampoco mostró demasiado, muy pendiente de un Gallardo lejos de su nivel -bien en la forma de jugar, pero el físico ya no le acompaña-, mientras que los errores defensivos siguen a flor de piel.

Muchos piensan o sacan cuentas sobre qué sucederá con este River cuando concluya el torneo. Lo que es seguro, es que el promedio de los descensos lo acorralan y es ahora cuando debe mostrar una reacción -que no la tiene- para poder pensar a futuro sin la soga al cuello.

La "recuperación" de Racing se dio en el medio de un cambio de DT, tras la salida de Claudio Vivas y la llegada de Miguel Angel Russo, pero lo de San Lorenzo es preocupante de verdad, y los aires de renovación vuelan en el Bajo Flores, más precisamente en el banco de suplentes que por ahora es poder de Diego Simeone.