Por Adrián Taccone
Tarde, pero la justicia llega: Banfield campeón
13 de diciembre de 2009
Debieron pasar muchos años, casi medio siglo, para que la justicia futbolística, esa que no entiende de tiempos ni distancias, actuara finalmente, con ese poder que la pasión lleva como bandera.
Es que Banfield festeja el título de campeón de fútbol argentino, algo que tuvo al alcance de la mano en 1951, cuando Racing le arrebató la ilusión al club que fundaron los ingleses.
Luego vino un devenir de sinsabores, alguna que otra alegría cercana en el tiempo, de la mano de Julio César Falcioni también, mientras que en la "vereda de enfrente", el archirrival Lanús lograba el título en el 2007.
Las mieles del éxito parecían estar en otro lado, hasta que retornó al club Falcioni y con él la ilusión renovada con un equipo que fue puro sacrificio y tuvo la virtud de contar con el mejor momento de su carrera del uruguayo Santiago Silva.
El conjunto del Taladro fue un digno campeón, nadie puede dudar de eso, porque salvo el final del certamen, con algunas imprecisiones y un poco de zozobra, siempre estuvo peleando el título, ya sea con Newell's, con Vélez o con Independiente.
Siempre se dice que los equipos tienen que tener esa mezcla de experiencia y juventud que esta vez Banfield tuvo con creces.
Primero con un arquero como Christian Luchetti que conoce al club y luego con una zaga central de trayectoria: Sebastián Méndez y Víctor López.
Los ignotos nombres del colombiano James Rodríguez y el uruguayo Santiago Fernández, fueron los complementos ideales para un mediocampo y una delantera que tuvo a Walter Ervitti y al goleador Silva como los referentes de área.
Merecimientos hubo muchos, sobre todo para apostar nuevamente a un proyecto encabezado por Falcioni y con una dirigencia que no se altera ante la adversidades.
Siempre se dice que el campeón es el mejor equipo del torneo. Nadie deberá contradecirlo en esta ocasión tampoco.