Por Adrián Taccone
Injusticia sin fin en el fútbol argentino
5 de julio de 2009
Si bien las injusticias son materia común en el mundo, a veces se dice que en el fútbol eso no existe, y que los resultados se dan por un sinfín de circunstancias, muchas veces ligadas con el esfuerzo, el sacrificio y las virtudes.
No fue así en este final del torneo Clausura, más allá de los méritos que tuvo Vélez en todo el certamen, ya que el equipo que mejor juego desplegaba se quedó con las manos vacías y el recuerdo de haber sigo -tal vez- el preferido por la gente.
Vélez fue sólido en todo el torneo, pero en este partido en el Amalfitani, con granizo incluido, logró reponerse de un montón de circunstancias, como el penal atajado por Monzón al uruguayo Hernán Rodrigo López, y el mejor juego que por momentos tuvo Huracán.
Sin embargo, errores arbitrales como un gol mal anulado a Eduardo Domínguez y la falta de Joaquín Larrivey a Monzón, en la jugada previa al gol de Maxi Moralez, que pudieron dar vuelta la balanza en favor de Huracán, terminaron contribuyendo a la derrota de El Globo.
Nadie le quita méritos a lo realizado por Vélez, pero sí es lamentable que el fútbol argentino siempre termine con algún halo de suspicacias, algo que saca credibilidad a los propios ganadores.
El campéon queda en la historia, por los números y los resultados, pero en la memoria colectiva seguramente el Huracán de Cappa tendrá reservado un sitial de importancia, más allá de no tener los logros merecidos.