Por Adrián Taccone
Al fútbol argentino le falta eso: fútbol
14 de septiembre de 2008
Se corre mucho. Se protesta demasiado. Se intenta más de lo que se concreta. Pero de fútbol nadie da señales.
Así está hoy el fútbol argentino, inmerso en una maraña de acusaciones, discusiones y sin sentidos que no conducen a demasiados lugares.
El ejemplo más increíble se vivió en el clásico entre Boca e Independiente en La Bombonera, con la expulsión de Daniel Montenegro por parte del árbitro Pablo Lunati.
Montenegro cometió una falta y fue amonestado, pero inmediatamente el asistente del árbitro lo llamó para decirle que el jugador había reingresado al campo de juego -luego de ser asistido- sin su consentimiento.
Por esa acción, como dicta el reglamento, Montenegro tenía que ser amonestado, algo que Lunati cumplió. Por ende, al recibir dos tarjetas amarillas, el "Rolfi" se fue expulsado.
Ahora bien, si Lunati se hubiera dado cuenta a tiempo, incluso si su colaborador hubiese estado atento en el momento indicado, Montenegro no habría reingresado o bien, no habría cometido la falta.
Una comedia de enredos en plena Bombonera de la que Lunati fue protagonista y que "salomónicamente" arregló expulsando a Montenegro, cuando en realidad tendría que haber admitido su falla en la jugada.
Entre tanta presión, tanto correr por el punto, por no perder, todos los que están en el fútbol cometen errores -incluso los periodistas- pero no por patear mal un balón, por equivocarse en la estrategia, por reconocer errores, sino por todo lo contrario.
La vorágine de fechas y calendarios hace que todo se torne pasajero y lo que hoy puede ser mediático, mañana es suplantado por otra inmediatez.
Todos hablan, opinan y cuestionan, pero de fútbol... Nada.