Los goles de Maximiliano Moralez y Fernando "Niño" Torres le permitieron a Racing Club y la selección España conseguir sus "títulos", diametralmente opuestos como son el de mantenerse en primera división para los blanquicelestes y la Eurocopa para la "furia roja".

La pasión es la misma, el gol tiene un mismo idioma y la gloria puede presentarse de diferentes formas, arriba y abajo de la tabla de posiciones.

Fue un derechazo alto de Moralez el que desató la alegría contenida de los sufridos hinchas racinguistas, para dejar a este "grande" de la Argentina en la categoría máxima del fútbol nacional, tras vencer a Belgrano 1-0 en la Promoción.

Del otro lado del Atlántico, un sutil toque de Torres tiró por la borda la férrea defensa alemana y la experiencia de Jens Lemhann, y así devolverle a España un título grande luego de más de 40 años.

Nadie puede decir si unos u otros tienen el derecho de ser felices. Por diferentes motivos, a veces las finales no se merecen, se ganan y nadie es quien para medir la pasión que se desata con un gol, una jugada o simplemente con sufrir un traspié.

Racing ha mostrado en esta temporada que la suerte le fue esquiva, menos en la última estación, en la que logró subirse a la gloria y así poder sentirse tan campeón como España en la Euro.

La "furia roja" saldó su deuda con la historia y Luis Aragonés pudo acallar las voces en contra. Ante todo impuso su idea desde el fútbol -lleva 22 partidos invictos en la selección- y le deja al país ibérico un título que necesitaba como el agua.