Leonardo Astrada dejó de ser el técnico de Rosario Central debido a las diferencias insalvables que tenía con el actual director deportivo del club, el ex defensor Horacio "Petaco" Carbonari.

Después de la práctica matutina, el entrenador abandonó el complejo deportivo Palos Verde sin realizar declaraciones y con el fuerte rumor de una inminente reunió con el presidente, Pablo Scarabino, para comunicarle su decisión.

Es más, el Christian "Kily" González, flamante incorporación sorprendió al señalar ante los periodistas: "Esto es un quilombo", en obvia alusión al ambiente interno en el club.

El tema de los refuerzos del plantel fue el que produjo el cortocircuito entre Astrada y Carbonari, quien incluso habría amenazado con dejar su cargo si continúa el ex River.

Astrada le elevó a los dirigentes una lista con los nombres deseados para reforzar la defensa pero la Comisión Directiva no le hizo caso.

Incluso se sumó el central paraguayo Héctor Vidal Sosa, facilitado por un grupo inversor del que Carbonari formaría parte.

Esa situación, sumada a la demora por la llegada del resto de las incorporaciones, acabó con la paciencia del "Jefe".

A los problemas entre el entrenador y el gerente deportivo se suma una deuda de la dirigencia con los jugadores por haberes que, algunos casos, llevan cuatro meses de atraso.

El "Kily" fijó su posición al asegurar: "Estoy del lado de mis compañeros en el reclamo que están llevando adelante por el pago de los sueldos adeudados. El grupo está muy unido en torno a ese tema".