Por Adrián Taccone
Nadie tiene la bola de cristal, para saber el final
25 de noviembre de 2007
El final del torneo Apertura del fútbol argentino está más al rojo vivo que nunca, por la serie de resultados que se dieron en la fecha 17 y que pueden condicionar el futuro del certamen.
Lanús apenas empató sin goles con Argentinos Juniors, y Boca cayó frente a Arsenal por 2-1 en Sarandí.
Estos resultados dejaron bien parado a Tigre, que con agonía le había ganado a Rosario Central el viernes pasado por 2-1.
Debido a que Boca debe viajar a Japón para jugar el Mundial de Clubes, se adelantará la fecha 19 para el miércoles, con los partidos entre Tigre-Boca y Lanús-Gimnasia y Esgrima La Plata.
Por eso el miércoles será una día definitivo por muchas razones. La primera, es que de acuerdo a los resultados que podrían darse, Lanús estaría en condiciones de salir campeón por primera vez en su historia.
Esto se daría si Tigre y Boca igualan y los de Ramón Cabrero superan a Gimnasia y Esgrima La Plata, habrán conseguido el objetivo tan ansiado.
En esas etapas decisivas varias cosas comienzan a jugar a favor y en contra en los equipos, como las presiones y las inseguridades de cada uno, para poder definir los partidos y hacer la diferencia.
Lanús cuenta con las chances más claras, porque en gran parte de lo que haga está la forma en que se resolverá la historia del Apertura, y los hombres del sur bonaerense tienen "hambre de gloria", como generalmente se dice.
Tigre está en una posición expectante, aunque primero le tiene que ganar a Boca, un rival complicadísimo que además tiene sus propias chances de pelear el título y ser campeón.
Todo está por definirse. Nadie tiene la bola de cristal para saber el futuro y el desenlace de la historia. Sólo los jugadores y la diosa fortuna. La historia aún no está escrita.