Por Adrián Taccone
Brasil y un cachetazo a la ilusión
15 de julio de 2007
Argentina llegaba como favorita a la final de la Copa América, pero Brasil sacó a relucir sus pergaminos, se mofó de las encuestas y los preanuncios y despachó a los de Alfio Basile con un 3-0 lapidario, lacerante, de esos que tardarán en cicatrizar.
Fue un verdadero cachetazo a la ilusión, por todo lo que había generado el equipo argentino en la competencia, con pasajes de fútbol de alto vuelo y la confirmación de valores que darán muchas alegrías al público albiceleste a lo largo del tiempo.
Un tempranero gol de Julio Baptista, los errores defensivos que siempre estuvieron pero que los resultados favorables tapaban, y un excelente planteo táctico de parte de Dunga -entrenador brasileño- hicieron que a los mejores hombres argentinos se les nublaran las ideas.
Inconexos, sin proyección ni variantes, lejos de los mejores pasajes que algunas vez deslumbraron a propios y extraños, Argentina jugó sin jugar, casi que se diría que apenas pasó su sombra por Maracaibo, ciudad en donde se disputó la final.
Errores se cometieron y seguramente habrá tiempo para analizarlos. Lo que sí da bronca es saber que este equipo tuvo "un mal día", en donde las cosas no salieron como se planearon y que dificilmente pueda repetirse.
Nos queda eso sí, el saber que Lionel Messi ya es un jugador de selección y que Juan Román Riquelme puede ser el conductor de este equipo, pese a que en la final ambos no estuvieron a la altura de lo que pueden dar.
Vendrá el tiempo de las reflexiones, los balances y el mirar para el futuro, porque ahí nomás están las Eliminatorias Sudamericanas para el Mundial de Sudáfrica 2010 y una nueva esperanza en camino.
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