Se presentaba complicado el partido ante Paraguay, el último del Grupo C de la Copa América, más allá de que el equipo "suplente" de Argentina era superior en la previa a lo que podía ofrecer el conjunto guaraní dirigido por Gerardo Martino.

El partido estaba igualado, pese a que Argentina dominaba a placer el control del balón, tuvo dos remates en los postes -uno de Carlos Tévez y otro de Rodrigo Palacio-, pero el gol no aparecía.

Sin embargo, cuando restaban unos 20 minutos para terminar el cotejo Basile mandó a Lionel Messi al campo de juego y desde los pies del "pulga" salieron las mejores jugadas del ataque albiceleste, porque abrió el juego y fue más profundo e incisivo.

Una genialidad suya, al dejar en el camino a tres rivales, derivó en el exquisito gol de Javier Marcherano, como si el ex hombre de River hubiera recibido un poco de magia de Messi, en el pase final.

Argentina tuvo una formación alternativa, sin Juan Sebastián Verón, Juan Román Riquelme o Lionel Messi desde el inicio, pero no obstante el equipo fue sólido en todas sus líneas y salió decidido a buscar el triunfo para enfrentar a Perú en los cuartos de final, pero además para quedarse en Barquisimeto, y evitar un viaje más largo.

La clave del partido pasó por el ingreso de Messi, pero el resto no desentonó y estuvo a la altura de las circunstancias, para poner proa a la ilusión del título.