Por Adrián Taccone
La violencia no mide fronteras
3 de febrero de 2007
Toda Italia está conmovida por la muerte del policía Filippo Raciti, de 38 años, casado y padre de dos hijos, durante los duros enfrentamientos que la hinchada del Catania tuvo con las fuerzas de seguridad.
Una bomba molotov impactó en el rostro del policía y le provocó la muerte, en medio del caos y la barbarie.
El primer mundo. El fútbol más caro del mundo. La "meca" para todo futbolista, también tiene estos "conos de sombra", en donde nadie puede controlar a los "ultras", los violentos e insensatos que lejos están de hacerle un bien al deporte.
Los ingleses debieron sufrir cinco años de no participar en competencias europeas, miles de enfrentamientos entre hinchadas y la policía, pero con medidas ejemplificadoras y apartando a los violentos, hoy disfrutan de un campeonato sin inconvenientes.
Italia tiene en su haber equipos cuyos hinchas tienen condimentos xenófobos, fascistas y racistas, en muchos casos, y a eso se le debe sumar la eterna rivalidad de ciudades o clubes de un mismo lugar, como pasó en varios clásicos entre Inter y Milan.
Lo que sucedió en Italia, posterior a la muerte del policía, es de destacar, ya que no sólo se suspendió la fecha del "Calcio", sino que paralizó toda la actividad futbolística "por tiempo indeterminado".
La Federación Italiana dispuso que el fútbol quede paralizado y recibió el unánime apoyo de todos los sectores políticos, desde el primer ministro Romano Prodi, hasta los diferentes actores de la sociedad.
Hasta el flamante presidente de UEFA, el ex jugador Michel Platini, y el director técnico de la selección "azurra", Roberto Donadoni, condenaron lo sucedido en el sur italiano que pone un manto de duda para todo lo concerniente a la actividad.
Hay cosas que el dinero, por más que lo pretenda, no puede controlar ni manejar. La ira, el odio, la violencia y la irracionalidad, son algunas de ellas, bien lo saben aquellos que no quieren reconocer sus errores y enarbolan la frase del "Todo pasa".