Tribunas vacías. Piquetes a micros que deben transportar jugadores para un partido de fútbol. Suspensiones, rumores y sin razón. Ese es el panorama que reina actualmente en el fútbol argentino.

Parece que muy pocos se dan cuenta que este fútbol que nos ha dado tantas satisfacciones a nivel mundial está enfermo, en terapia intensiva, agonizando por la crueldad y los malos manejos de todos sus protagonistas.

Papelón es la palabra exacta que le cabe a un fin de semana de locos, ya que los hinchas de Racing y San Lorenzo formaron sendos "piquetes" para evitar la salida de los micros de los planteles que tenían que llevarlos hasta La Plata, donde debian disputar el clásico.

Los jugadores de San Lorenzo pedían "garantías" para asegurarles que el traslado de 60 km no iba a tener inconvenientes, y los de Racing en "solidaridad" tampoco abordaron su micro, pese a que la policía les daba seguridad para salir.

La AFA ordenó suspender el partido que se iba a jugar sin público, en un nuevo y llamativo domingo de fútbol.

Luego, mientras que el secretario de Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA), Jorge "Potro" Domínguez anunciaba que la fecha se iba a suspender -en realidad la mitad de la fecha que ya había empezado el viernes-, el presidente de la AFA afirmaba que el equipo que no se presentaba, perdía los puntos.

Nadie sabía demasiado de lo que sucedía y la connivencia entre barrabravas, dirigentes de fútbol, políticos y sindicalistas, siguen poblando las tribunas como si las mismas fueran parte de su casa.

En medio de esta maraña sacado de una típica "comedia italiana", Grondona dice que si se lo pidieran se iría cuanto antes, pero no por "terceros interesados", sino por la decisión de los clubes, algo que todos saben bien, no sucederá.

Diego Armando Maradona, especialista en graficar las realidades futbolísticas con frases históricas, dijo alguna vez: "La pelota no se mancha".

Sin embargo las actitudes de muchos de los involucrados no sigue ese precepto. Algo anda mal, habrá que tomar medidas urgentes, aunque como están las cosas, la salida no se ve clara.