Por Adrián Taccone
Violencia: harto ya de estar harto, ya me cansé
29 de octubre de 2006
Parafraseando al gran Joan Manuel Serrat uno podría decir: "Harto ya de estar harto, ya me cansé de preguntarle al mundo por qué y por qué", y hacer una cruda reflexión sobre los motivos que hacen que cada vez que existe un partido de fútbol de por medio, la violencia se haga presente.
¿Por qué? es la pregunta que uno se hace cada fin de semana cuando debe hablar de este torneo Apertura y la violencia también aparece, ya sea desde los hinchas, los jugadores o la policía, que -vaya paradoja- es contratada para brindar protección.
El fútbol es un deporte-espectáculo que fue concebido como algo recreativo en sus inicios y que en el siglo XXI ha pasado a ser un lugar en el que se dirimen miles de cuestiones ajenas a sus fundamentos.
Lo que sucedió en Arroyito, en el clásico rosarino entre Central y Newell's, pareció una escena sacada de esas películas "clase B" de Hollywood.
Los hinchas de Newell's arrojando objetos a los de Central y la policía disparando balas de goma de una manera casi grosera a los simpatizantes para reprimir -con más violencia- la violencia que perse estaba instalada en la tribuna visitante.
Si hasta el árbitro Horacio Elizondo y el técnico de Newell's, Nery Pumpido, debieron pedir a los gritos que se termine la balacera.
El "derecho de admisión" impuesto en el estadio de Racing para el clásico Independiente-River fue otra figura tragicómica de este fútbol nuestro de cada día.
Sólo una de las personas que bajo el nombre de "Los borrachos del Tablón" dicen ser "hinchas caracterizados" de River, cuando es un secreto a voces que son la barrabrava "millonaria" que prefieren la poca exposición, pero con el mismo criterio final que las demás.
En Capital Federal, "La 12" y su reconocido líder Rafael Di Zeo pasaron un
"llamativo" cacheo sin demasiado compromiso por parte de la policía e ingresaron sin problemas a la Bombonera.
Desde su despacho el presidente de la AFA, Julio Grondona, enarbola la frase que mejor le gusta: "Todo pasa", pero la verdad es que el hincha común, que quiere ver un partido tranquilo, está harto de todo y de todos.