27 de diciembre de 2024
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Por Emiliano Rodríguez
Preocupación alemana con sabor a final
28 de junio de 2006
Argentina y Alemania van a jugar el viernes un partido con sabor a final de campeonato en el bastión germano de Berlín, y ninguno quiere asumir la condición de favorito, por la responsabilidad que esto significa.
Son dos selecciones que se respetan mutuamente y saben que afrontarán una dura contienda.
Justo uno día después de que se cumplan 20 años de la consagración en México 1986, con el astro Diego Maradona a la cabeza, el conjunto argentino buscará sortear otra prueba de fuego en su camino rumbo al encuentro por el título.
A muchos hinchas albicelestes les genera cierta intranquilidad el hecho de enfrentar al dueño de casa justo en este momento, por los cuartos de final del Mundial, pero a los alemanes tampoco les hace gracia tener que jugar contra Argentina.
"Más allá de que sean los anfitriones y de que vengan jugando bien, ellos también están preocupados seguramente, porque van a cruzarse con nosotros en un partido de vida o muerte", aseguró Lionel Scaloni, en declaraciones a la prensa en Herzogenaurach. Y tiene razón. Para los alemanes, Argentina es un rival de cuidado.
Los germanos son plenamente conscientes de que el conjunto dirigido por Jürgen Klinsmann no ha disputado un solo partido riesgoso hasta ahora y que el encuentro frente al equipo albiceleste puede llegar a ser el primero y el último.
"Hace cinco años que Alemania no logra vencer a un rival importante, como Brasil, Italia o Argentina, ¿por qué tendría que ganar el viernes?", expresó el periodista germano Oliver Knaack, del diario BZ. En estas tierras, son muchos los que piensan igual.
La euforia que se veía en las calles días atrás le ha dejado paso a la mesura y la prudencia.
Los alemanes siguen mostrando orgullos banderas, gorros y demás cotillón mundialista con los colores patrios, pero admiten que una derrota está dentro de las posibilidades. Y quedar fuera de combate frente a Argentina tampoco sería un fracaso enorme, más allá de jugar en casa.
"La gente está orgullosa del equipo. Nadie pensaba que podría rendir como lo está haciendo antes del Mundial", sostuvo Daniel Westgate, del genial diario sensacionalista Bild, de Alemania. "De todos modos, perder con Argentina no sería un desastre. Haber quedado eliminados en primera ronda o frente a Suecia sí, pero no contra Argentina".
Probablemente los integrantes del Comité Organizador, liderados por Franz Beckenbauer, también estén incómodos ante la posibilidad de que el conjunto anfitrión le diga adiós al certamen.
Se espera que este Mundial se convierta en el evento deportivo más redituable de la historia y con Alemania afuera las ganancias quizá se reduzcan, por más de que el siempre taquillero Brasil se mantenga en carrera y llegue a la final.
Argentina permanece al margen de todo esto. El clima en el seno del plantel es ideal y los jugadores en lo único que piensan es en dejar el alma y el corazón en la cancha el próximo viernes, para tumbar a uno de los "cucos" del torneo y avanzar a las semifinales.
Son dos selecciones que se respetan mutuamente y saben que afrontarán una dura contienda.
Justo uno día después de que se cumplan 20 años de la consagración en México 1986, con el astro Diego Maradona a la cabeza, el conjunto argentino buscará sortear otra prueba de fuego en su camino rumbo al encuentro por el título.
A muchos hinchas albicelestes les genera cierta intranquilidad el hecho de enfrentar al dueño de casa justo en este momento, por los cuartos de final del Mundial, pero a los alemanes tampoco les hace gracia tener que jugar contra Argentina.
"Más allá de que sean los anfitriones y de que vengan jugando bien, ellos también están preocupados seguramente, porque van a cruzarse con nosotros en un partido de vida o muerte", aseguró Lionel Scaloni, en declaraciones a la prensa en Herzogenaurach. Y tiene razón. Para los alemanes, Argentina es un rival de cuidado.
Los germanos son plenamente conscientes de que el conjunto dirigido por Jürgen Klinsmann no ha disputado un solo partido riesgoso hasta ahora y que el encuentro frente al equipo albiceleste puede llegar a ser el primero y el último.
"Hace cinco años que Alemania no logra vencer a un rival importante, como Brasil, Italia o Argentina, ¿por qué tendría que ganar el viernes?", expresó el periodista germano Oliver Knaack, del diario BZ. En estas tierras, son muchos los que piensan igual.
La euforia que se veía en las calles días atrás le ha dejado paso a la mesura y la prudencia.
Los alemanes siguen mostrando orgullos banderas, gorros y demás cotillón mundialista con los colores patrios, pero admiten que una derrota está dentro de las posibilidades. Y quedar fuera de combate frente a Argentina tampoco sería un fracaso enorme, más allá de jugar en casa.
"La gente está orgullosa del equipo. Nadie pensaba que podría rendir como lo está haciendo antes del Mundial", sostuvo Daniel Westgate, del genial diario sensacionalista Bild, de Alemania. "De todos modos, perder con Argentina no sería un desastre. Haber quedado eliminados en primera ronda o frente a Suecia sí, pero no contra Argentina".
Probablemente los integrantes del Comité Organizador, liderados por Franz Beckenbauer, también estén incómodos ante la posibilidad de que el conjunto anfitrión le diga adiós al certamen.
Se espera que este Mundial se convierta en el evento deportivo más redituable de la historia y con Alemania afuera las ganancias quizá se reduzcan, por más de que el siempre taquillero Brasil se mantenga en carrera y llegue a la final.
Argentina permanece al margen de todo esto. El clima en el seno del plantel es ideal y los jugadores en lo único que piensan es en dejar el alma y el corazón en la cancha el próximo viernes, para tumbar a uno de los "cucos" del torneo y avanzar a las semifinales.