Lo buscaron. Cada uno a su manera, con un Banfield más incisivo y un Colón algo más cuidadoso. No se pudieron quebrar: se repartieron el punto en un empate 1-1 movido e intenso.
De goleador a goleador. Así transcurrió el primer tiempo. A los 5m, Jorge Achucarro puso en ventaja a Banfield con una lucida maniobra personal, con defensa de balón, amago y definición cruzada y sutil junto a un palo. Sobre el final, cuando Mauro Vigliano había anunciado el tiempo adicionado, Juan Quiroga desbordó por la izquierda y lanzó un buscapié que encontró al inoxidable Esteban Fuertes en el lugar indicado para tocar la pelota, vencer el arco de Enrique Bologna y sumar su tercer tanto en el torneo.
En el medio de ambos goles quedó una etapa con imprecisiones de ambos, pero con cierto vértigo. No hubo planteos defensivos, aunque a los dos equipos les faltaba la claridad necesaria para inquietar a los arqueros. Pese a que Banfield mostró algo más de peligrosidad, el 1-1 mostraba cierta justicia con lo hecho por ambos en esa etapa.
La segunda mitad fue una prolongación de la primera. Los dos, a su manera, buscaban los caminos para llegar al arco rival. El primer aviso lo dio Banfield, con una buena jugada entre Cristian García y Carrusca que éste definió mal, a las manos de Pozo. Inmediatamente, De Souza hizo lo mismo: otra combinación con García, pero luego falló en la puntada final y su remate fue directo donde estaba el arquero de Colón.
Banfield era más incisivo, pero le faltaba el toque final. Dejaba que Colón se despertara, y lo hizo con un par de ocasiones de Fuertes. Había respuesta: Pozo, la figura, seguía firme, como en una enorme tapada a Carrusca. El partido era de ida y vuelta, con final abierto. Pero el reloj, implacable, marcó el tiempo cumplido y ninguno pudo sacar ventajas.
En el balance, seguramente la gente de Colón se habrá ido más contenta. No todos los puntos valen lo mismo.