El presidente brasileño Lula dijo que estaba "estupefacto" y "muy apenado" por el fracaso de Brasil en los cuartos de final de la Copa del Mundo de 2010 ante Holanda (2-1). Estimó que "algunos jugadores tuvieron un desempeño peor de lo esperado. El partido terminó y mirábamos la televisión sin creer lo que veíamos.
El ministro de Relaciones Exteriores, Celso Amorim, quien asistió al encuentro con Lula, dijo: "Al igual que todos los brasileños, estamos tristes, pero el mundo no se detiene allí, ganaremos el próximo" Mundial en el 2014 en rasil.
Lula debe partir a una gira por seis países africanos que lo llevará a Sudáfrica, donde debe asistir, en tanto que anfitrión de la próxima edición de la Copa del Mundo, a la final del Mundial 11 de julio.