Con permiso de sus jefes, los profesionales de las apuestas financieras han aplicado sus ecuaciones a predecir el ganador del Mundial y la conclusión de la mayoría, conservadora, es que Brasil alzará la copa por sexta vez.
Es verdad que son los mismos analistas que fallaron en sus pronósticos sobre la trayectoria de los precios inmobiliarios y otros valores en Estados Unidos antes de la crisis financiera, lo que costó miles de millones de dólares a los bancos.
Pero ese pequeño error en su área de experiencia no les ha impedido contagiarse del entusiasmo mundial por el fútbol y con fe inquebrantable en los números, se han metido a augurar goles.
Para ello han adaptado al deporte los modelos matemáticos desarrollados para descubrir acciones infravaloradas arrinconadas por la banca de inversión en la última década.
Aquí está, por ejemplo, la ecuación simplificada de Danske Bank, un banco danés: Número de goles = 0,18xPIB per cápita + 0,19x Población - 0,02xIncremento de población + 0,05xParticipaciones en Mundiales anteriores + 0,17xNúmero de superestrellas en el equipo - 0,01xRanking de la FIFA + 1,12xAnfitrión - 0,85xAsia/Oceanía/Norteamérica.
Jugar al fútbol nunca había parecido tan difícil como después de la aportación del Danske Bank.
Su modelo da la mayor ventaja a los países con más Producto Interno Bruto (PIB) y población, un gran plus al anfitrión de la copa y a equipos con estrellas que han participado en Mundiales previos, por la experiencia ganada, mientras que introduce una variable negativa contra los países de Asia, Oceanía y Norteamérica, porque nunca han salido vencedores.
Otras ecuaciones de la banca siguen la misma línea ya que toman en consideración a la hora de predecir el resultado de los partidos no sólo el talento de los jugadores, sino el tamaño de la economía del país e incluso el nivel de desempleo y el volumen de crédito.
Danske Bank explica que cuanto más rica es una nación, más puede invertir en su equipo de fútbol, y a más población, la cantera potencial será mayor, lo que justifica el uso de esos dos factores.
De su ecuación sale ganador Brasil, una conclusión a la que también llegan, a partir de sus fórmulas, el banco suizo UBS, el estadounidense Goldman Sachs y el británico Evolution Securities.
JP Morgan, en cambio, cree que Inglaterra repetirá su victoria de 1966, en una final contra España.
"Mientras que nuestro modelo apunta a Brasil como el equipo más fuerte, debido a las características de los emparejamientos creemos que Inglaterra será la ganadora", se justifica el banco.
Es un resultado que ha llamado la atención de un antiguo vicepresidente de JP Morgan, Mark Thirlwell, que ahora es director de Economía Internacional del Instituto Lowy, un centro de estudios australiano.
"Se trata de una predicción valiente, uno puede pensar, pero no es eso lo que me impactó, sino el pronóstico de que Inglaterra ganará los dos últimos partidos en penaltis", escribió Thirlwell en su blog.
Inglaterra es tan famosa por perder en los tiros de penal como Alemania por ganar de esa manera.
Los germanos eliminaron así a los ingleses en las semifinales de 1990, tras lo cual el jugador británico Gary Lineker, que había sido máximo goleador en México'86, definió el fútbol como "un deporte en el que juegan once contra once y en el que siempre gana Alemania".
La cadena estadounidense de deportes ESPN y el Centro Informático de Noruega también han diseñado modelos matemáticos para el Mundial, pero basados sólo en factores deportivos, como la evaluación del desempeño de cada jugador en defensa y ataque, y del equipo en su conjunto.
Tras un alud de quebrados y coeficientes, ESPN da como ganador, de nuevo, a Brasil, y los noruegos a España, países que encabezan por ese orden la clasificación mundial de la FIFA.
Lo que no tienen en cuenta ninguna de las fórmulas son la inspiración, el arrojo, la suerte y la voluntad de ganar, los factores que hacen precisamente que la gente ame el fútbol.