Atlético y Newells empataron este jueves 1-1 en Tucumán, en un resultado que habrá dejado mucho más conformes a los locales, mientras que a los rosarinos con la impresión de haber dejado escapar un triunfo.
Los dirigidos por Chiche Sosa tuvieron un arranque mejor, con una buena tarea de Erroz y un movedizo y determinante Escobar, mientras que recién sobre el final del primer tiempo se despertó Formica en la Lepra y consiguió aprovechar el retraso del Decano en el campo de juego. El complemento arrancó con el equipo de Sensini más adelantado, que encontró el gol para romper con su propia intrascendencia y luego dejó que lo apurara su rival, que finalmente encontró su premio en un veloz avance.
En la primera acción del período, Escobar quiso sorprender desde lejos pero atajó Peratta, y más tarde Saavedra desperdició el gol con un tiro desviado. Luego, el local continuó con el dominio del balón y sólo la pasó mal antes del descanso, cuando Formica exigió a Ischuk.
En el arranque del último capítulo, si bien pretendía dominar la visita, la más clara fue tucumana, con un cabezazo de Barone que ahogó Peratta. Como respuesta, Boghossian le dio trabajo a Ischuk y tras el rebote Vangioni, de mejor rendimiento en este período, estrelló su tiro en el palo derecho del arquero.
Hasta que, a los 17 minutos, Newell´s se encontró con el gol. Formica habilitó por derecha al ingresado Sperdutti para que definiera al ángulo en el primer palo. A partir de entonces, los Leprosos se olvidaron del arco contrario, y lo pagarían caro. Atlético esperaba para atacar en velocidad y convirtió a Peratta en figura, como cuando le sacó un disparo a Saavedra y otro a Escobar.
Y cuando parecía que el local se iba a quedar con las manos vacías, a los 44, tras un pase en profundidad Escobar definió mal, dejó en el camino a Peratta y Pereyra remató a la red para convertirse en el héroe de la noche. Se había hecho justicia en Tucumán.
De esta manera, Newell´s dejaba pasar la chance de acercarse a la lucha por el Clausura. Y Atlético atesoraba un punto que, por cómo se dio el encuentro, valía mucho en su lucha por la permanencia. Y también para que Chiche Sosa respirara aliviado.