San Lorenzo sumó en Mendoza un punto importante para seguir creciendo a nivel anímico, cuando parecía que los tres se quedaban en poder de un Godoy Cruz que golpeó en el momento apropiado y luego se dedicó a tratar de defender esa diferencia. Sobre la hora, Alejandro Gómez sentenció el 1-1 de penal. Daniel Vega había puesto en ventaja a los locales.
El conjunto mendocino tomó la iniciativa en el comienzo de la primera etapa, eligió atacar por los costados con Rojas e Higuaín y logró crear algunas acciones de peligro sobre el arco visitante. A los ocho se produjo la primera de riesgo, con un centro del mediocampista por derecha que Bottinelli llegó a cortar antes de la llegada de Jara.
Sin embargo, con el correr de los minutos se fue apagando ese manejo del equipo local y el Ciclón logró emparejar las acciones, aunque nunca encontró precisión de tres cuartos hacia arriba. Rivero no logró desbordar, Cristian González se tiró demasiado hacia adentro y tanto Alejandro Gómez como Menseguez tardaron en acomodarse a un sistema carente de un nueve de área.
Cuando las acciones se desarrollaban por el lado del desorden y de la ausencia absoluta de ideas claras, se produjo la gran polémica de la noche: a los 24, Higuaín utilizó su brazo derecho para cortar un ataque de San Lorenzo y, luego de avanzar 20 metros, habilitó a Jara, quien quedó totalmente solo y perdió en el mano a mano con Migliore.
Luego de esa maniobra, que finalizó con un despeje de Bottinelli y desató la locura de Simeone, Olmedo peinó en el área a la salida del córner y Vega, quien apareció desmarcado por el segundo palo, la empujó para decretar el 1-0. La bronca del Cholo con Pablo Lunati se hizo aún mayor y estuvo a punto de ser expulsado.
El equipo azulgrana se animó un poco más con el resultado en contra, pero siempre fue al choque y no tuvo frescura para inquietar a la última línea tombina. A los 30, la mejor la tuvo Menseguez, quien se desmarcó en el área pero le erró increíblemente al cabezazo. Cuatro más tarde, el delantero quedó de cara a Ibáñez y no supo definir.
El segundo tiempo arrancó con San Lorenzo bien plantado en campo rival y con la clara intención de adueñarse de la pelota. Mucha presión fue la premisa de Simeone, quien antes de los 10 minutos mandó a la cancha a Bernardo Romeo para tener más peso en ofensiva. Y el goleador apareció poco, pero fue determinante.
A los 12, el ex Mallorca, que dejó atrás una larga recuperación tras una seria lesión en su cadera, atropelló en la medialuna y habilitó al Papu Gómez, quien envió su disparo cerca luego de una rápida media vuelta. A los 22, el mismo atacante tuvo el empate en su pierna derecha, pero llegó muy exigido y la sacó del área.
San Lorenzo no era demasiado claro a la hora de atacar, pero empujaba con ganas y era más que su rival, que en el segundo periodo se dedicó exclusivamente a defender. Y lo hizo bien, porque se cerró con sus dos líneas de cuatro y se cansó de sacar de arriba con sus dos centrales, Sigali y Curbelo.
Parecía resulto, definido, terminado. El Ciclón iba y chocaba o definía sin convicción. Pero a los 44, el destino le entregó la última a Romeo: el nueve no fue para nada egoísta en el área chica y se la entregó al juvenil Sebastián González, quien primero lo perdió ante Ibáñez y en el rebote encontró la mano de Sigali para evitar la igualdad. Penal, expulsión para el central y gol del Papu Gómez para cerrar la noche.