El Canalla se impuso con gol de Iván Moreno y Fabianesi (ST 23m) y aún tiene chances de salir de la Promoción, aunque depende del resultado de Godoy Cruz. El Matador dejó pasar una chance de cosechar los tres puntos que lo clasificarían a la Copa Sudamericana.
Aunque con distintas urgencias, tanto Tigre como Rosario Central necesitaban ganar. El Matador, para asegurar su clasificación a la Copa Sudamericana; el Canalla, para mantener su ilusión de salvarse de la Promoción. Y el festejo con el 1-0 fue rosarino, aunque con mesura: depende del resultado de Godoy Cruz ante River para extender sus chances a la última fecha para definir ante los mendocinos.
El partido arrancó con una visita superior, con buen manejo de pelota en tres cuartos de cancha de la mano de Iván Moreno y Fabianesi. Enseguida, a los seis minutos, Gabriel Brazenas vio un dudoso penal de Juan Carlos Blengio sobre Emilio Zelaya y los de Miguel Russo parecían encaminarse a una temprana ventaja. Tomó el balón el Kily González, pero Moreno le pidió el remate y terminó arrojándolo a la derecha de Daniel Islas, quien le adivinó la intención y salvó la caída de su arco.
Y, si bien la gran oportunidad desperdiciada no aplacó los candentes ánimos rosarinos, sirvió de antesala de la gran tarea de Islas: en la misma jugada les tapó remates a Pablo Alvarez y Zelaya, y después uno furibundo a Andrés Franzoia. El incansable Zelaya también se lo perdió con dos remates desviados, mientras que un perdido Matador solamente avisó con una chance, aunque muy clara: un cabezazo alto de Leandro Lázzaro solo frente a Jorge Broun.
La segunda mitad arrancó con un Tigre más afilado. Los de Diego Cagna mejoraron con las tareas ofensivas de Sebastián Rusculleda, Lucas Oviedo y Néstor Ayala, aunque fallaban en los metros finales. Islas debió lucirse de nuevo frente a un tiro libre de Pablo Lima, y a los 23 llegaría la ventaja definitiva...
En un contraataque que tomó muy mal parada a la defensa local, Franzoia metió la diagonal hacia la derecha, mandó un centro que Zelaya dejó pasar con un taco y, del otro lado, Moreno se tomó revancha y definió bajo y a la red.
Lo que siguió fue intrascendente. Central intentó liquidarlo con algo de conformismo y Tigre siguió insinuando más que lo que estaba dispuesto a concretar. El final llegó con el desahogo canalla, que si bien jugó un partido efectivo sabe que ahora no depende de sí mismo, sino de que River le saque mañana algún punto al Tomba. Pero el Matador también queda envuelto en preocupación: la de su nivel, que lo obliga a seguir esperando para sellar su pase al escenario internacional.