Arsenal y San Martín (T) empataron 1-1 en Sarandí
25 de abril de 2009
Más allá de los momentos en los que el partido que los enfrentó fueron patrimonio de uno u otro equipo, la imagen que dejó el 1-1 entre Arsenal y San Martín de Tucumán en Sarandí fue la de la impotencia de ambos bandos. Porque cuando el local dominó, le costó muchísimo generar real peligro, mientras que los pocos pasajes en los que la visita se animó a adelantarse, llegó a una igualdad que podría haber terminado en triunfo si no se topaba con sus propias limitaciones.
El conjunto de Daniel Garnero tuvo amplio control de la etapa inicial, aunque cayó muy fácilmente en la intrascendencia: más allá de que fue amo y señor del balón con las subidas de Javier Yacuzzi y los intentos de Federico Poggi, falló en la puntada final.
Luciano Leguizamón tuvo las dos primeras llegadas con una jugada personal y un cabezazo, ambos sin puntería. Después avisó Cristian Pellerano con un peligroso centro que atravesó el área y pasó cerca. Como contrapartida, los tucumanos comenzaron a complicar sorprendiendo en los tres cuartos de cancha con los retrocesos de Gustavo Ibáñez y Cristian Canío.
Pero cuando el partido transitaba por su más grande bostezo, a los 46 minutos, Yacuzzi ejecutó un tiro libre desde la derecha, Marcos Gutiérrez despejó por los puños y, desde afuera del área, Pellerano lo batió con un tiro bajo y a su derecha.
El inicio del complemento volvió a mostrar al conjunto de Daniel Garnero más dispuesto a desnivelar, aunque su juego se esfumó en la intrascendencia del medicampo ante la falta de creación. Cuando el perdido Mauro Matos recibió solo frente a la Anguila Gutiérrez, sacó un tiro débil y mordido que se fue desviado.
Pero después se quedó Arsenal, San Martín esbozó una reacción y acertó: a los 20, el ingresado y desequilibrante Matías Urbano, quien junto a Pablo Cantero influyó en la gesta de la igualdad, recibió en el área tras un córner desde la izquierda y una peinada local y pateó a la red bajo y a la derecha de Cristian Campestrini.
Poco sucedió luego. Leguizamón probó sin suerte de media distancia, Canío respondió con una aparición solitaria en la medialuna que terminó con la pelota afuera y otro ingresado, Darío Benedetto, la empaló alta por sobre Gutiérrez.
El milagro del encuentro fue que haya contado con dos goles, la ausencia de amonestados la prueba fiel de lo liviano de su desarrollo y el resultado un punto lánguido que poco impacta en el presente de sus protagonistas: Arsenal ya suma siete presentaciones sin éxitos y San Martín continúa en zona de descenso directo.