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27 de diciembre de 2024
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Vélez no levanta cabeza y perdió con el lobo 2-0
8 de noviembre de 2008
Vélez volvió al pozo. Y así sumó el primer poroto en favor de la resurrección de Gimnasia La Plata, que se impuso por 2-0 en Liniers de forma inapelable. Un par de avances profundos, propiciados por los horrores defensivos locales y la rapidez de Ignacio Piatti permitieron que el Lobo se adelante temprano y después se dedique a regular los tiempos jugando con el apuro rival. Y lo hizo muy bien.

A los ocho minutos de la mitad inicial, Piatti recibió por derecha tras un lateral, evidenció con creces la paupérrima marca local y metió un centro para que Roberto Sosa anote también sin oposición, y de cabeza, su primera conquista desde su retorno al Lobo.

El fondo del Fortín era un verdadero descalabro. Desmembrado y desatento, permitió que, a los 17, Franco Niell capture el balón tras un error de Nicolás Cabrera y un pase del siempre peligroso Piatti, corra la mitad del campo y defina al segundo mano a mano con Marcelo Barovero.

El golpe fue duro en Liniers, donde las voces de disconformidad comenzaron a oirse con mayor volumen. Y Hugo Tocalli, con el hervidero a sus espaldas, se la jugó con el ingreso de Roberto Nanni por Gastón Díaz. En la primera que tocó, el Flaco, que complicó con su presencia, pateó en las narices de Gastón Sessa y el Gato se quedó con la pelota.

Después, Vélez no pasó más sobresaltos. Tuvo la pelota pero no ideas, y seguía dando una clara sensación de inseguridad: parecía que si la visita se lo proponía, sus dudas atrás continuarían a la orden del día. Emiliano Papa, Jonathan Cristaldo y Mariano Uglessich tuvieron sus chances sin puntería, y el mismo Ruso obligó a trabajar a Sessa con un cabezazo.

La segunda parte, si bien no volvió a ser un show de regalos locales, permitió asistir a su versión más pálida, esa que ni con la pelota sabe a qué intenta jugar. Nanni mostró que todavía le falta agilidad física, aunque su contextura siguió complicando, como con un cabezazo apenas alto. Cabrera también intentó de media distancia con un tiro por arriba, y luego Cristaldo se topó con un Sessa impasable. Fernando Tobio y el mismo Churri no pudieron empujar el balón en un centro rasante, cuando un soplido hubiera parecido capaz de llevarlo a la red.

Pero igual fue poco. La impresión siempre fue que el control era platense y la desesperación local. Tocalli intentó aplacar los ánimos con la entrada de Leandro Velázquez y Alejandro Cabral por Cabrera y Víctor Zapata, dos de los más señalados por la gente, pero los manotazos de ahogado rara vez dan resultado en el fútbol. Gimnasia festejó con motivo y desmotró su fortaleza de visitante, mientras que todos los problemas se quedaron en Liniers. Insultos y cánticos incluidos.