China completó el sábado la barrida de las seis medallas del tenis de mesa de los Juegos Olímpicos cuando Wang Liqin derrotó al sueco Jorgen Persson en el partido por la presea de bronce en individuales masculinos.

Persson, un veterano de 43 años en su segunda olimpiada, era el último que podía impedir que China arrasara en Beijing. Arrancó bien ante Wang, pero al final no pudo con las fuertes devoluciones con efecto que son la especialidad del chino.

Wang acabó imponiéndose 13-11, 11-2, 11-5, 11-9.

En el partido por el oro, el chino Ma Lin, número dos del mundo, derrotó a su compañero Wang Hao, primero del ranking, por 11-9, 11-9, 6-11, 11-7, 11-9.

Los hombres y mujeres chinos arrancaron la competencia despachando a sus oponentes para alzarse con las competencias por equipos. Las mujeres barrieron las de individuales el viernes.

Aunque China siempre fue dominante en su deporte nacional, la cosecha perfecta de ocho oros no tiene parangón. La única barrida previa fue en individuales femeninos en Seúl 1988.

La final se disputó con tres banderas de China ya listas para la ceremonia de premiación.

"Lo que hicieron fue un cierre perfecto para el pingpong en Beijing. No me imaginé que iba a ser tan fácil", declaró el entrenador chino Liu Guoliang.