San Martín de Tucumán, acompañado por 25 mil personas, celebró este viernes su regreso a primera con un triunfo sobre Huracán por 2-0, en el estadio de Atlético, su clásico rival, por la jornada inaugural del torneo Apertura.
Los goles del conjunto tucumano los señalaron el delantero Mario Turdó y el defensor Juan Monge (36 años, debutante en primera división), a los 13 y 33 minutos del primer tiempo.
El mediocampista Gerardo Solana, por la precisión de su pegada, fue la figura de un partido que marcó el retorno del equipo tucumano a la máxima división, después de quince temporadas.
San Martín justificó claramente la legitimidad del resultado por el orden colectivo que mostró en sus desplazamientos y la contundencia para aprovechar el juego aéreo, su principal arma de ataque.
En ese aspecto, la participación de Solana resultó clave porque de sus pies partieron las dos pelotas que terminaron dentro del arco defendido por Alejandro Limia.
A los 13 minutos, el ex volante de Huracán controló un cambio de frente lanzado desde la izquierda y asistió a Turdó para la apertura del marcador, con un cabezazo dentro del área chica.
El incentivo del gol y el impulso de la multitud proyectaron a los tucumanos como los dominadores absolutos del juego ante un rival que presentó seis jugadores nuevos (Limia, Carlos Araujo, Gastón Esmerado, Germán Castillo, Ariel Cólzera y Carlos Casartelli).
La renovación del equipo de Claudio Ubeda atentó contra sus posibilidades de elaborar juego y obligó a los remates de media distancia como primer recurso ofensivo. Un disparo de Castillo, bien controlado por Marcos Gutiérrez, y un tiro libre de Cólzera fueron las únicas aproximaciones del visitante.
Cuando transcurrían los 32 minutos, San Martín consiguió el segundo que definió el partido. Solana envió un corner desde la izquierda, Turdó cabeceó en dirección al arco y Monge, con un desvío involuntario, descolocó a Limia.
Durante la segunda parte el conjunto local jugó con la tranquilidad de una ventaja considerable y hasta tuvo tiempo de disfrutarlo mientras el público armaba su propia fiesta. Huracán, con la responsabilidad de buscar el descuento, llevó el desarrollo del juego al campo rival pero nunca terminó de cerrar con acierto una jugada en ataque.
San Martín estuvo más cerca de redondear la goleada. Leone contó con dos ocasiones clarísimas: una de ellas se estrelló en el travesaño y, sobre el final, Ibáñez le entregó la pelota al arquero rival desde una inmejorable posición en el área.