Beijing designará zonas especiales para manifestantes durante los Juegos Olímpicos del próximo mes, dijo el miércoles un oficial de seguridad, en una muestra de que el gobierno chino podría permitir cierto tipo de demostraciones durante la justa.
La preocupación por posibles ataques terroristas y manifestaciones de cualquier tipo provocó uno de los mayores operativos de seguridad en China en años recientes.
El efecto general es que aunque Beijing se ve festivo para recibir la olimpiada, la ciudad se siente tensa.
La ciudad está rodeada por puntos de revisión de vehículos. Los reglamentos para otorgar visas son más estrictos que nunca para mantener alejados a activistas extranjeros. La policía revisó barrios enteros para sacar a chinos que vinieron a la capital a quejarse del gobierno, y los disidentes más conocidos recibieron instrucciones de irse.
Pero Liu Shaowu, director de seguridad del comité organizador de Beijing, dijo el miércoles que zonas en al menos tres parques públicos cerca de algunas instalaciones deportivas fueron designadas para ser usadas por manifestantes.
Sus comentarios son la primera confirmación pública de que Beijing podría tolerar una modesta cantidad de protestas en las olimpiadas.
"Esto le permitirá a la gente protestar sin molestar a las olimpiadas", dijo Ni Jianping, director del Instituto de Estudios Americanos en Shanghai, quien abogó ante los líderes chinos para que instalaran las zonas de protestas.
De inmediato no quedó claro cuán fácil será el acceso a las zonas, y Liu y la policía de Beijing no dijeron si se necesitará un permiso especial.
Liu indicó que la policía intentar lograr un balance entre la necesidad por la seguridad y el deseo de un ambiente festivo.
"Realmente queremos preservar la atmósfera de fiesta y alegría de las instalaciones olímpicas", dijo en una rueda de prensa. "Al mismo tiempo, queremos reducir el impacto de la seguridad en la vida diaria".