El estilo práctico y sobrio de Alemania lanzó al equipo germano a las semifinales de la Eurocopa 2008 y acabó con el sueño de Portugal de reeditar el buen torneo de 2004, en el que fue subcampeón.
El equipo de Loew logró la clasificación tras un partido intenso y en que la eficacia se impuso a la técnica (3-2).
La contundencia en la pegada de Alemania fue decisiva en un partido en el que el juego físico teutón estuvo acompañado de un acierto ofensivo máximo en el primer tiempo que desmontó las previsiones portuguesas del partido.
Salió con más fuerza Alemania, aunque su control del centro del campo no inquietaba inicialmente al arco de Ricardo Pereira. Portugal, bien asentada atrás frenaba las acometidas de su rival, que se perdían metros antes de llegar al área lusa.
El equipo de Luiz Felipe Scolari, mientras, buscaba su sitio en el campo, a la espera de que algunos de los pases largos de Deco encontrasen destinatario para dar un latigazo al conjunto de Joachim Löw, que estuvo en la tribuna por sanción.
Pero, a pesar de que superado el cuarto de hora, Portugal empezó a liberarse del control alemán, con un Deco entonado en el centro del campo que mandaba bien a los suyos, el partido se decantó a favor del bando alemán a una velocidad de vértigo.
Joao Moutinho desaprovechaba una excelente ocasión de gol tras un centro desde la banda de Bosingwa para los lusos y, un minuto después, el que no fallaba era Bastian Schweinsteiger en una jugada similar a la portuguesa, en la que convirtió luego de una asistencia de Podolski desde la banda.
El panorama se complicó más para Portugal cuatro minutos después, en el 26, cuando una falta sacada por Schweinsteiger era rematada de cabeza en el área por Klose para marcar el segundo tanto en un clamoroso fallo defensivo luso. Dos disparos entre los tres palos y dos goles alemanes. Además, Scolari perdió a Moutinho por lesión.
Portugal logró frenar la sangría alemana y se fue en busca de la meta de Jens Lehmann. El equipo de Scolari encontró oxigeno a cinco minutos del final. Una internada de Cristiano Ronaldo acabó en un rechace del meta germano de la que se benefició Nuno Gomes para dar esperanzas a los suyos.
Michael Ballack, que impuso su ley paulatinamente en el centro del campo, aún dio un buen susto antes de llegar al descanso con un buen disparo desde la frontal del área al que respondió Ricardo con una buena intervención.
El combinado luso dio continuidad en el inicio del segundo tiempo a su acoso a la meta de Alemania, que recurrió a la faltas para frenar el ímpetu del rival. Y, cómo no, la lluvia hizo acto de aparición un día más.
Cuando Portugal parecía haber recuperado el ritmo que mostró en las victorias ante Turquía y la República Checa, apareció de nuevo la Alemania de siempre. Un balón colgado al área en un saque de falta de Schweinsteiger, el mejor del partido, encontró la cabeza de Ballack, con falta incluida sobre Paulo Ferreira, para asestar un nuevo mazazo a Portugal.
El gol minó la moral de los portugueses. Alemania empezó a imponer su físico ante un rival que perdió su esencia y que buscó sin criterio y a la desesperada acortar distancias en el marcador.
Así, el paso de los minutos motivó que se viera a la mejor Alemania del torneo, jugando casi a placer, con cambios de banda incluidos y en busca de un cuarto gol que no consiguió.
Además, la precipitación lusa y el ajuste defensivo teutón acabaron por cerrar el pase de los germanos a semifinales, aunque Hélder Postiga puso emoción al choque con un gol en el 87 que dio cierta emoción a la recta final de la contienda.