Las casacas que utilizaron los jugadores de la selección sudafricana en el Mundial de Rugby de Francia, cuyo título obtuvieron, volvieron a generar polémica porque pueden ser consideradas como un método ilícito similar al doping.
Lo reveló la prensa inglesa, según la cual las camisetas de los "Springboks", similares a las que vistieron también los de las selecciones de Escocia e Irlanda en el torneo, tienen un efecto "ionizante".
Este efecto, explicaron los entendidos, permite aumentar el flujo sanguíneo a quien viste la casaca y por ende también mejorar su rendimiento en la cancha.
El tema ya había sido debatido durante el Mundial, pero no generó más que polémica y no pasó a mayores.
Sudáfrica logró en Francia su segunda Copa del Mundo al superar en la final a Inglaterra, que resignó así su corona, y luego de haber eliminado en semifinales a la revelación del torneo, Argentina.
La cuestión volvió a quedar en el ojo del huracán, pero en el fútbol, debido a que también Portsmouth luce casacas de ese tipo en la Premier League producidas por Canterbury, que además es patrocinador del equipo.
Para el Daily Mail, este tipo de camisetas son "esteroides de vestir" y están confeccionadas con un material que produce un campo electromagnético con carga negativa, que favorece el flujo sanguíneo.