El entrenador de Japón, John Kirwan, apeló a la pasión y al coraje de su equipo para lograr un agónico empate 12-12 ante Canadá, el martes en el Stade Chaban-Delmas.
"Técnicamente no fue una de nuestras mejores actuaciones pero no puedo decir que los jugadores no tuvieron coraje. Nos vamos de esta Copa del Mundo muy respetados por eso", dijo Kirwan.
El partido por el Grupo B se encontraba en el tercer minuto de tiempo adicional, con Canadá en ventaja 12-5, cuando Japón quedó a poco de empatar tras el try conseguido casi en la bandera del ingoal, por el ingresado Koji Taira.
Luego el centro Shotaro Onishi mostró su frialdad al igualar el marcador, por intermedio de una complicada conversión, ubicado a cinco metros de la línea de touch. Apenas los jueces de touch levantaron las banderas, Onishi fue abrazado por todos sus compañeros que no pudieron contener su alegría.
Este fue el segundo empate en la historia de la IRB Copa Mundial de Rugby, 10 años después de que Francia y Escocia igualaran 20-20 en el primer torneo organizado entre Australia y Nueva Zelanda.
"Shotaro estuvo bajo mucha presión de parte nuestra, y si alguien tenía que patear esa última conversión, era él", sostuvo el entrenador.
"Pienso que Canadá se relajó antes de tiempo y nosotros seguimos intentando hasta el final. Estuvimos extraordinarios en ciertos momentos del torneo pero todavía tenemos muchas cosas por mejorar".
El orgullo de Canadá de nunca irse de una Copa Mundial sin al menos una victoria, parece haber quedado ahora como un objetivo muy difícil de conseguir. Los canadienses jugarán ante Australia, sub campeones de la RWC 2003, el sábado, en el último partido de la primera ronda en el Stade Chaban-Delmas.
"Estamos en un ciclo de 8 a 12 años para renovar el rugby de Canadá. Roma no se construyó en un día, así que esto no es el fin del mundo para nosotros", dijo el entrenador canadiense, Ric Suggitt, quien admitió que su equipo quería obtener tres victorias en el torneo.
El entrenador tomó como ejemplo al capitán y medio scrum de 31 años, Morgan Williams. "Morgan jugó en un gran nivel y dió el ejemplo. Ahora debemos volver a crear en Canadá a 30 jugadores como él".
El partido estaba empatado 5-5 antes de que Williams produjera la jugada que finalizó el wing Dth van der Merwe, a los 65 minutos, para lograr un quiebre en el partido.
Pero los japoneses, que estaban jugando su cuarto partido en 18 días, mejoraron hacia el final del encuentro.
"Lo que hicimos en esos minutos finales fue como quisimos jugar durante todo el partido", afirmó sonriente John Kirwan.