El FC Sevilla, a pesar de adelantarse en la primera parte por medio del brasileño Renato, se inclinó por 3-1 este viernes en Mónaco ante un AC Milán magistral, en una
Supercopa de Europa marcada por la muerte del defensa sevillista Antonio Puerta.
"Ha sido un partido interesante. Hemos estado un poco frenados en la primera parte pero nos hemos recuperado bien en la segunda. Esta es la victoria de un equipo con personalidad", comentaba el técnico del AC Milán Carlo Ancelotti, tras una victoria que apenas fue celebrada.
El AC Milán, con el lesionado Ronaldo en la grada ("se está recuperando y en principio jugará el próximo partido", según Ancelotti), dejó claro su talento al remontar un partido que se le había puesto en contra, en un emotivo ambiente de homenaje al desaparecido, plagado de dedicatorias.
Todo el estadio guardó un minuto de silencio en homenaje a Puerta, que falleció por un paro cardiaco el martes, tras desplomarse en pleno partido el pasado sábado. "Todos teníamos a Puerta en mente, era difícil jugar", decía Andrea Pirlo tras la victoria de su equipo.
Los jugadores de ambos equipos llevaban brazaletes negros y de las gradas colgaban pancartas de los seguidores andaluces en las que se leía "Puerta, no te olvidamos".
También los hinchas italianos mostraron mensajes de simpatía y los jugadores del AC Milán tuvieron gestos emocionados para con la "zurda de diamante".
Y, cuando Renato abrió el marcador para el Sevilla al rematar de cabeza un córner a los 14 minutos, el brasileño le dedicó el gol a Puerta apuntando con el dedo hacia el cielo, y fue imitado inmediatamente por todos sus compañeros.
Pero los italianos iban a reaccionar en la segunda parte, con una gran acción de Genaro Gattuso, que recuperaba un taconazo de Andrea Pirlo para centrar perfectamente a Filippo Inzaghi para que pusiera a los 56 puso el 1-1 en el marcador.
Gattuso, emocionado con el gol del empate, se precipitó hacia el banquillo como para decirle medio en broma a Ancelotti, quien seguramente había empleado duras palabras con sus hombres en el vestuario, que estaban poniendo rumbo a la victoria.
El show de Gattuso no acabó ahí: en un encontronazo se lesionó en la cabeza pero se negó a abandonar el terreno de juego. Con unos puntos de sutura en el cráneo, siguió adelante con la cabeza vendada, pero acabó siendo sustituido cuatro minutos después.
Y entretanto el checo Marek Jankulovski ponía las cosas de cara al AC Milán con un disparo cruzado, a pase de Pirlo, en el 62. Era el 2-1, que Kaká agravaría al convertir un claro penalti a los 87, culminando la victoria.
"Respeto mucho a este equipo del Sevilla. Era difícil jugar este partido pero también somos profesionales y, desde el momento en que todo el mundo decidió jugar, había que ganar. El penalti que metí, se lo dediqué a Puerta y a su familia",
explicó la perla brasileña.
"Hemos jugado bien durante una hora y luego nos han empatado y el partido ha cambiado. Pero no nos avergüenza perder con el AC Milán, es un gran club. Perder una final de Supercopa nunca es agradable pero tenemos la satisfacción de haberlo intentado todo", decía el entrenador del Sevilla, Juande Ramos.
El partido había cambiado desde el decisivo pase de Gattuso para Inzaghi. El ganador de la Liga de Campeones, que en la primera mitad se limitó a recorrer aplicadamente el terreno de juego, por fin ponía la intensidad que le faltaba, presionando a
los sevillistas, que cada vez subían menos a la contra.
El Sevilla, tras ganar el año pasado la Supercopa derrotando por 3-0 al FC Barcelona para sorpresa general, no pudo dedicar el triunfo a Puerta en uno de los duelos europeos más emotivos nunca vistos.
Y ahora, aunque arrastren la enorme conmoción causada por la muerte del futbolista de 22 años, sus compañeros tendrán que sobreponerse para deshacerse el lunes del AEK Atenas en Grecia, en el partido de vuelta de la tercera ronda previa de la Liga de
Campeones aplazado, para poder disputar la Champions.