Tigre fue flojo en la primera mitad, pero levantó en la segunda y terminó definiendo con claridad, por 2-0 el clásico ante Platense, con lo que se adjudicó el Reducido de la Primera B Nacional y el pasaporte a una Promoción de ascenso a Primera ante el poseedor del decimoséptimo promedio en esa división (hasta el momento, Godoy Cruz, de Mendoza).

Juan Pablo Pereyra a los 35 minutos y Pablo Fontanello a los 40, ambos en el segundo tiempo, anotaron los goles. Después del primer tanto, fue expulsado Juan Casado, del perdedor.

El partido, jugado en el estadio de Tigre sin asistencia de público visitante por restricciones en materia de seguridad, fue desquite del que habían empatado el miércoles 0-0 en Vicente López, en ese caso sin hinchas de TIGRE. TIGRE será local en el primer partido de Promoción y visitante en la revancha (probablemente miércoles y domingo próximos).

Si hay empate en la suma de goles al cabo del segundo cotejo, el club de Primera mantendrá la categoría. En la primera mitad del partido, con pocas llegadas netas de peligro, exhibieron esquemas similares, pero Platense pareció un poco más profundo, por los buenos oficios de su enganche, Casado, quien superó en esa tarea a su par tigrense, Morel.

Sin dominador claro, con juego trabado, trascurrió casi toda la etapa, salvo los últimos minutos, cuando Platense inclinó la cancha y redujo a Tigre a una tarea de intentar con centros repetitivos, de escaso peligro.

A los 20 minutos, tras un largo rechazo de Mercier que tomó mal parada a la defensa local, Giacopuzzi quedó en buena posición, pero demoró y cuando cedió a Acosta Cabrera éste quedó muy exigido y no pudo aprovecharla.

La única más o menos clara de TIGRE se observó a los 34, cuando Salmerón habilitó a Martínez. Este también demoró y cuando se decidió a probar permitió a Puertas sacar al córner.

La mejor de Platense llegó a los 42, cuando un centro de Mercier fue captado en el área por Casado, pero su remate fue bien bloqueado por Islas.

En la segunda mitad, Platense mantuvo su postura, pero se encontró con un Tigre diferente, que le peleó mejor la zona media, gracias al crecimiento de Castaño y Pasini para recuperar pelotas.

Mientras el medio de Tigre tomaba más protagonismo se iba diluyendo Casado, en la creación de Platense. Después de los 20, la visita empezó a perder la calma, porque no le bastaba con el empate (se clasificaba Tigre por mejor ubicación en la tabla acumulada de toda la temporada). Y los ingresos de Wilchez y Torres terminaron de cambiar el rumbo al partido.

Así, a los 35, tras una corrida espectacular de Wilchez, que dejó un surco por la izquierda, llegó el pase atrás para que Pereyra fusilara de zurda al arquero Ezquerra. Platense se descontroló, Casado se pasó de violento y vio la tarjeta roja y el mismo Ezquerra, a los 40, dio un rebote grosero ante un tiro libre de Wilchez y Fontanello la empujó, decretó el segundo, la victoria irreversible y el festejo loco de público y jugadores.