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21 de noviembre de 2024
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Por José Calero
"Lassie" Moreno avanza como un "pac-man"
1 de diciembre de 2007
Guillermo Moreno ya emerge a esta altura como uno de los grandes ganadores de las pulseadas políticas que se desataron en el armado del gabinete de Cristina Fernández.

Apodado "El Sheriff", el secretario de Comercio Interior parece destinado a ampliar su poder en el gabinete económico, para espanto de sectores empresarios, productores agropecuarios y entidades de defensa del consumidor.

El designado ministro de Economía, Martín Lousteau, resignó cualquier posibilidad de disputar espacios de poder con Moreno casi el mismo día que le ofrecieron el cargo.

Es muy probable que en ese momento le hayan preguntado lo que pensaba del enfático secretario, y que el joven economista haya dicho que lo consideraba un hombre "muy trabajador".

Tal vez ya contaba con el dato de que una crítica hacia el todopoderoso secretario de Comercio Interior había sellado la suerte de su antecesor, Miguel Peirano, días atrás.

Es que los Kirchner, el matrimonio político más poderoso de la historia argentina, privilegian la "lealtad" por sobre todas las cosas.

Tal vez por eso el todavía presidente aseguró una vez que Moreno era "más bueno que Lassie", no sólo para refutar denuncias sobre maltratos y tonos agresivos contra el funcionario, sino también para reflejar su grado de lealtad a toda prueba.

Así las cosas, el secretario de Comercio se posiciona para lo que vendrá, con un poder mayor y, tal vez, habitando la propia Casa Rosada con oficina propia, ya fuera de la órbita de Economía.

Moreno sigue teniendo el manejo del INDEC porque el presidente considera que allí se juega buena parte de la pelea económica de la Argentina.

Es que las estadísticas de ese organismo impactan en el humor de la gente, como bien se comprobó en tiempos de inflación galopante.

Pero sobre todo, porque los números del INDEC pueden hacerle pagar al país cientos de millones de pesos en más o menos de acuerdo con lo que arroje el coeficiente CER, que ajusta bonos entregados en el canje de deuda, y que el presidente Kirchner
defenestra.

Sólo el convencimiento de que sin ofrecer esos títulos el canje hubiese sido imposible, permitió al entonces ministro Roberto Lavagna convencer a Kirchner de incluir esos bonos.

Pero ahora, el presidente mantiene intervenido el "termómetro" de las estadísticas para evitar que se disparen los gastos del país, y todo indica que Cristina avanza hacia profundizar el mismo rumbo.

De hecho, la medición de la inflación ya se realiza con un nuevo método, por lo que la Argentina también tendrá un índice alternativo, similar al norteamericano, que trata de dejar de lado algunos bienes y servicios estacionales.

Pero además, se decidió sacar de la medición a algunos servicios "de clase" como los aranceles de las prepagas, por lo que la idea es convertir al Indice de Precios al Consumidor en la "inflación de la clase baja y media baja".

En su decidido avance, Moreno, quien en más de una oportunidad dijo que era un "soldado", tendría la intención de hacer pie en la Dirección de Cuentas Nacionales.

Es que desde allí se calcula, sobre la base de complejas ecuaciones, ponderaciones y proyecciones, nada menos que el Producto Interno Bruto (PIB).

Así, en un operativo de pinzas, el funcionario todo terreno manejaría los tres datos clave de la Argentina: inflación, pobreza y crecimiento.

Esta semana circuló fuerte la versión en Economía de que Moreno hizo sugerencias a algunos técnicos del área de Cuentas Nacionales y directamente les pidió que volvieran a revisar las cifras del Estimador Mensual Industrial, porque no le "cerraban".

Es imposible determinar si esa fue la razón de que la actividad fabril haya crecido tan fuerte, pero el 9,1 por ciento de suba dejó satisfecho al súper secretario.

Cómo frenar el alza de precios

En al menos una de las numerosas charlas que mantuvieron Cristina y Lousteau, el futuro ministro le presentó su propuesta para contener la inflación.

Se trata de una estrategia de acuerdos de precios más refinada, que incluya buenos modales y menos sopapos a los formadores de precios, y que apunte más a la reducción de costos que tienen las empresas.

La propuesta de fondo aún se desconoce, pero hay expectativa en la Rosada por algunas medidas de cierto impacto que podrían anunciarse tras la asunción de Cristina.

En algunos sectores hasta especulan con la posibilidad de que se anuncie una rebaja del IVA para los productos de la canasta básica, que si bien afectaría el frente fiscal, llevarían el costo de vida a terreno negativo.

Por ahora, lo único seguro es que la presidenta electa continuará con los acuerdos de precios porque los considera una herramienta clave en lo que llama la "articulación entre el Estado y los empresarios".

Al lanzar la canasta navideña económica, Cristina, prácticamente en funciones, recibió en la Casa Rosada a los supermercadistas flanqueada por Lousteau y Moreno, toda una señal de lo que viene en el gabinete económico.

Seguimos de Emergencia

La Argentina parece haber salido del infierno, pero el gobierno quiere que algunas herramientas que fueron justificadas por esa crisis extraordinaria, continúen al menos durante el 2008.

Uno de esos instrumentos, las facultades especiales del jefe de Gabinete, conocida como "superpoderes", es la llave maestra.

Es que el gobierno subestimó a propósito los números del Presupuesto, y sabe que durante el año próximo contará con excedentes extraordinarios que podrá reasignar a gusto con la prórroga de superpoderes que le dará el Congreso.

¿A cuánto ascenderá la cifra extra disponible? Dependerá de muchos factores, pero algunos economistas, como Ricardo Delgado (Ecolatina), la estiman en 45.000 millones de pesos.

Delgado puntualizó que ese monto provendrá de "un mayor crecimiento al previsto para 2008, que estará entre el 6 y el 6,5 por ciento cuando el Presupuesto dice 4, y mayores ingresos fiscales y de retenciones".

Con semejante respaldo, el primer año de Cristina en materia económica parece destinado a caminar sobre rieles, y el principal desafío para el "nuevo" Gobierno será trabajar en la redistribución del ingreso.

Las políticas sociales sirvieron hasta ahora sólo de paliativo y fueron incapaces de perforar el núcleo duro de la pobreza, que emerge en distintos puntos del país con su mezcla de miseria y marginalidad.

Es que el grado de desarrollo de una Nación se refleja en la situación del más pobre de sus habitantes, y allí la Argentina todavía tiene mucho por hacer.