Por José Calero
Pasar del crecimiento al desarrollo, el gran desafío
14 de noviembre de 2007
Tras cinco años de crecimiento, el desafío para la próxima administración económica que encabezará Martín Lousteau será transformar el crecimiento en desarrollo sostenido.
Para ello hará falta estabilidad de precios, crear un ambiente atractivo para las inversiones y lograr el crédito de largo plazo que necesita un aparato productivo al borde de su capacidad.
Lousteau, cuya designación al frente de Economía fue muy bien recibida por el empresariado, deberá consolidar rápido el poder en el Palacio de Hacienda, para no repetir el error de su antecesor, Miguel Peirano, quien subestimó la injerencia de
Guillermo Moreno sobre su cartera, y cuando se dio cuenta ya era tarde.
La situación del polémico secretario de Comercio Interior aparece como el primer tema difuso que deberá resolver rápido el designado jefe del Palacio de Hacienda.
Es que las diferencias entre Peirano y Moreno terminaron condicionando a la propia presidenta electa, que debió adelantar el anuncio de su gabinete cuando trascendió que el ministro de Economía condicionaba su continuidad a que le sacaran de encima al
secretario de Comercio.
Finalmente, Peirano no continuó como ministro mientras que se espera que también Moreno sea relevado del cargo.
Sobre el espinoso tema, la primera pista la dio el propio jefe de Gabinete, Alberto Fernández, quien dijo que será Lousteau quien defina el futuro de Moreno.
La resolución de esta cuestión esta directamente relacionada con la necesidad de ordenar la situación en el INDEC, cuyas estadísticas son puestas en tela de juicio por la mayoría de los especialistas, el mundo financiero y los propios empresarios.
Las denuncias de manipulación en los índices oficiales y la supuesta "presión" que Moreno ejerció sobre distintos operadores económicos, representan el primer problema a resolver por el futuro ministro de Economía.
Además, se espera que, poco después del 10 de diciembre, la Argentina avance en la renegociación de la deuda con el Club de París, un paso considerado clave para abrir la puerta del financiamiento internacional que el país puede necesitar durante el 2008, si se continúa complicando el escenario internacional.
Sobre este punto, trascendió una idea en el gobierno bonaerense, en la cual habría trabajado Lousteau, para crear un Fondo Fiduciario para pagar al Club de París, y que hasta tanto se llegue a un acuerdo utilizar esos fondos para incentivar la
importación de bienes de capital que necesita la industria.
Con el nombramiento de Lousteau -un joven profesional- Cristina cumplió el objetivo de comenzar a renovar los cuadros dirigenciales, que sería una de las metas de su gobierno.
Sobre lo que hará el ministro, se espera que tome como referencia lo realizado por países existosos desde el punto de vista económico, como Australia.
También, que tenga en cuenta el entorno internacional en la decisión de las medidas.
Una iniciativa que circuló en los últimos días en territorio bonaerense, en la cual habría participado el nuevo ministro en su carácter de todavía titular del BAPRO, arroja algo de luz sobre el ideario de Lousteau.
El "paper" sostiene que el proceso de un desarrollo sustentable debe tener estas cualidades: crecer a más del 6 por ciento anual, mantener la desocupación en un dígito, lograr inversiones en un nivel del 25 por ciento del PBI, inflación en torno al 1 por ciento y mejorar la distribución del ingresos.
También señala la necesidad de aplicar políticas económicas consistentes, con credibilidad y sustentabilidad, y apuntar a un acuerdo social con todos los sectores, que incluya la creación de consejos sectoriales productivos para monitorear el
programa de desarrollo.
La clave de esta iniciativa se basa en lograr el equilibrio entre la visión económica y la política, para que no se privilegie a un sector sobre el otro.
Otro tema clave será el de los deudores que quedaron fuera del canje, que tienen bonos impagos por unos 25.000 millones de dólares.
Aquí, se habla sobre la posibilidad de acercar una nueva propuesta de pago supeditada al compromiso de realizar inversiones productivas en el país, aunque hasta ahora el canje de deuda siempre fue un capítulo cerrado para el matrimonio Kirchner.