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Por José Calero
Kirchner da señales de continuidad
17 de julio de 2007
Con la designación de Miguel Peirano en la cartera de Economía, el presidente Néstor Kirchner dio señales de continuidad del "modelo productivo", basado en el dólar alto y créditos blandos, lo que despertó la euforia de sectores industriales, de donde proviene el flamante ministro.

Peirano encarará un ministerio de transición, ya que su tarea terminará el 10 de diciembre cuando asuma el nuevo gobierno salido de las urnas del 28 de octubre, aunque no se descarta que pueda continuar su tarea en un hipotético Ministerio de Producción.

Es que si, finalmente, Cristina Kirchner asume como nueva jefa de Estado, tendría intenciones de desdoblar el Ministerio de Economía en una cartera de Hacienda y otra de Producción.

La incógnita es el verdadero poder que manejará el ministro, ya que la cuestiones centrales de la economía las maneja el propio Presidente, mientras que le responden directamente al jefe de Estado los secretarios de Hacienda, Carlos Mosse, y de
Agricultura, Javier de Urquiza.

En tanto que el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, responde directamente a su jefe inmediato, Julio de Vido, y por supuesto a Kirchner.

Hacía varias semanas que Peirano se había convertido en el candidato "in pectore" para ocupar el Palacio de Hacienda en esta etapa de transición, en especial desde que la mala noticia sobre la "bolsa de Miceli" comenzó a sonar fuerte en todos los medios.

Por eso, no sorprendió mucho al flamante ministro de Economía cuando en el mediodía del martes Kirchner lo llamó y le dijo, diurectamente: "Necesito que seas el próximo ministro de Economía".

Peirano no titubeó y aceptó de inmediato, con la misma lógica que puso el hombro cuando el presidente le pidió que saliera a apoyar con todo la candidatura de Daniel Filmus en la Ciudad de Buenos Aires, y que le hiciera contactos con el mundo empresario.

El nuevo ministro tiene, además, la "gracia" de Cristina Fernández, indispensable para cualquier cambio en el gobierno a partir de ahora.

Al flamante funcionario, contactos con el sector privado le sobran, como quedó demostrado en la catarata de frases de apoyo que le brindó todo el arco fabril, tal vez la más contundente de los últimos años.

¿Por qué semejante sobreactuación de los industriales ante la designación de Peirano? Porque el nuevo ministro, leal soldado del Presidente, garantiza la continuidad de este modelo de dólar alto, fomento a las exportaciones y créditos blandos.

Y tiene como "valor agregado" que conoce cómo pocos el entramado de las negociaciones comerciales en el Mercosur, y en especial con Brasil, ante cuyos funcionarios varias veces se plantó con posiciones duras en el marco de la pelea por trabas a las ventas argentinas o las asimetrías entre ambas naciones.

La duda queda sobre si Peirano se dedicará a administrar la transición hasta diciembre, o apretará el acelerador a fondo y buscará demostrar en estos pocos meses que le sobra paño para ocupar el cargo.

Hasta que la sorprendió la "bolsa", Miceli trabajaba en la confección de un Plan Productivo, y tal vez Peirano busque avanzar en ese proyecto, una de cuyas columnas vertebrales serán los instrumentos para captar mayores inversiones.

También podría dar nuevos pasos con la creación de un banco de desarrollo, con apoyo en el Banco de Inversión y Comercio Exterior, una idea que siempre estuvo en la cabeza del ahora ministro, desde la época en que bombardeaba desde su rol de economista de la UIA a la convertibilidad de Domingo Cavallo.

Ahora, a Peirano le llegó la oportunidad de su vida. Habrá que ver si la puede aprovechar.