El Gobierno cargó la responsabilidad sobre las espaldas del despedido funcionario, por errores que llevaron a exponer a miles de jubilados en las calles. Pero no fue el único culpable. Fernández lo sabe
Alberto Fernández decidió sacrificar a un soldado leal y dar por cerrado el episodio catastrófico ocurrido un viernes de hace un mes, cuando miles de jubilados y pensionados se volcaron a las calles para cobrar sus paupérrimos ingresos en medio de la cuarentena.
El Presidente nunca le perdonó ese episodio, que lo salpicó en momento en su imagen política venía en suba por el muy buena manejo de la crisis del Covid-19 que hizo el gobierno.
De paso, sus enemigos políticos internos aprovecharon para sacarse a Vanoli de encima, pero Fernández deberá estar muy atento a otras áreas que no están funcionando del todo bien en su administración, como los sectores de compras en Desarrollo Social, el Banco Central que muestra impotencia para lograr que los bancos desembolsen los créditos prometidos hacia las pymes y la propia Jefatura de Gabinete, que no parece tener en Santiago Cafiero a un funcionario capaz de manejar la botonera como necesita la Argentina en estos tiempos aciagos.
Vanoli se convirtió en la primera víctima política del coronavirus. Pero no será la última.
Al titular de la ANSES lo terminó de complicó una disputa que subió de tono en los últimos días sobre la continuidad del bono de $ 10.000 durante mayo y, tal vez, junio, para frenar crecientes reclamos en los sectores más postergados en el conurbano que encienden alarmas sobre el mantenimiento de la paz social si la pandemia se sale de control.
El bono de $ 10.000 alcanza a 7,8 millones de argentinos y fue anunciado como un beneficio por única vez para asistir a los sectores sociales más desprotegidos en medio de la pandemia.
Ya con 40 días de encierro encima, y sin una fecha cierta de finalización del parate, puertas adentro del gobierno empieza a debatirse cómo se sigue con esto. Desde el Poder Ejecutivo los votos de inclinan por mantener el beneficio por dos meses más.
En cambio, hasta esta tarde la postura de la ANSES, el organismo a cargo de la implementación del bono, era otra: darlo de baja y a cambio fogonear algún otro tipo de ayuda, como los créditos a tasa cero. La salida de Alejandro Vanoli de la conducción del organismo le da más chances a la extensión del bono.
Trascendió que desde la Casa Rosada impulsaban la idea de extender el bono por dos meses más. Detrás de esta propuesta estaría el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, secundado por los ministros de Hacienda, Martín Guzmán y de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. En la vereda de enfrente estaba Alejandro Vanoli, titular del Anses hasta hace pocos minutos. Vanoli, cuestionada dentro del gobierno por las demoras en instrumentar el cobro del bono de $ 10.000, planteaba que este beneficio no se extendiera y que fuera reemplazado por otras medidas.
Semanas atrás había abierto el paraguas el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, quien sostuvo que los beneficios concedidos hasta ahora podrían extenderse a mayo porque "hay un grupo importante de argentinos que están padeciendo la crisis". Desde uno de los ministerios involucrados en el tema le dijeron a Clarín que la extensión del bono de $1 10.000, conocido como Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), "se está analizando".
La intención del ahora titular de la Anses iba en otro sentido. En referencia a otra de las ayudas que dispuso el gobierno, ayer puso en duda que se reeditara el bono de $ 3.000 que recibieron los jubilados. En declaraciones periodísticas sostuvo que en principio "no se pagará en mayo otro bono extraordinario de $ 3.000 para jubilados y pensionados", mientras afirmó que habrá "otros instrumentos" para paliar la crisis". Entre esos instrumentos, que según fuentes de la ANSES podrían extenderse a otros beneficios, como el IFE, están los créditos a tasa cero o una ayuda del estado similar a la que perciben los trabajadores de las empresas que tienen dificultades para abonar sus salarios.
El bono le llega a 7,8 millones de argentinos que no tiene trabajo en blanco, ni cobran jubilaciones. También abarca a monotributistas de las categorías A y B y a los beneficiarios de la AUH.
El viernes será un día clave para esto, ya el tema podría definirse en la reunión de gabinete económico que se realizaría ese día con la presencia del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, el ministro de Hacienda, Martín Guzmán, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, la viceministra Cecilia Todesca y quien represente a la ANSES a partir de ahora. El martes, desde la Casa Rosada difundieron un informe que detalla cuál sería el costo de las medidas para amortiguar el efecto económico de la cuarentena si estás se extendieran por mayo y junio. Si el IFE, entre otros beneficios, como los créditos subsidiados a empresas, se prolongara hasta junio, el costo total para el sector público sería de $ 1,7 billones, equivalente a 5,6% del PBI.
La difusión de este informe dio la pauta de que el tema de la extensión del bono de $ 10.000 está bajo análisis, a tal punto que la secretaria de Política Económica ya tiene modelos con los cálculos de cuánto representará esto en el presupuesto público.
Si bien el grueso de los beneficiarios ya habrían cobrado el bono, los que no están bancarizado tendrán que esperar hasta junio para percibirlo. En el cronograma que difundió la ANSES para que aquellos que aún no cobraron elijan la forma de pago, es establece que quienes cobren a través del Correo Argentino o mediante un cajero de la red Link pero sin tener tarjeta de débito deberán esperar otros 40 días. Por cuestiones operativas esos pagos recién estarán disponibles del 4 de junio a 1 de julio.